9 nov 2010

Solo es el final de una etapa

Ilustración de Inma Vinuesa


Desde que escribí mi último capítulo, la emoción me embarga, cada vez que entro en este blog, o desde la cuenta de correo veo los comentarios o me llegan mensajes de amigos…
Hemos llegado al final de esta etapa. Y aunque suene a autocomplacencia, creo que hemos laborado con solvencia. Quizá no se trate de una novela excelente, esta Oscurece en Edimburgo, en el sentido de que vaya a pasar a la historia de la literatura, pero, con toda humildad creo que cumplirá un papel en ella. Si se quiere, será una función menor y anecdótica, pero lo tendrá que hacer.
Me explicaré:
Todo nació del sueño que parecía loco, del mentor del proyecto Francisco Concepción. Y lo que fue una aparente ideda dislocada se ha materializado. Durante siete meses, más o menos, al ritmo de dos capítulos semanales (sin que haya habido ni un solo día de los señalados que se haya quedado en blanco), siete escritores hemos ido publicando un capítulo de una narración de la que nadie sabía nada, y nadie ha sabido nada hasta su publicación… Para decir toda la verdad, sólo se conocía antes de ver la luz el último párrafo de la novela, que nació de la mente poética de Marcos Alonso.
A cualquiera que a priori se le explicaron las normas de este proyecto, extraviaba la mirada, y abría la boca en una mueca extraña cuya explicación podría traducirse como sorpresa incrédulo.
Por sorteo se decidió el orden de participación. Por sorteo se decidió la persona que concluía el relato. Entre estos dos faros del camino, había que construir una historia que, porque Inma Vinuesa lo quiso, se ha desarrollado en Edimburgo, y así arrancaba:

Sophie era una chica solitaria, introvertida y sin mucho interés por socializarse. Vivía a las afueras de Edimburgo, ciudad que aun siendo bastante fácil de conocer, le producía un gran temor e inseguridad, principalmente cuando oscurecía, y todas las historias tétricas de los pasadizos subterráneos afloraban a la superficie de las calles llenas de fantasmagóricos disfraces”.
Y como sucede en las novelas, hasta el título estaba en su arranque, lo que ocurre que como tantas veces ocurre, ni los autores de este singular relato lo sabíamos…
Y poco a poco, línea a línea, se ha descubierto por qué Sophie era solitaria, introvertida, por qué le producía tanto temor e inseguridad su ciudad, Edimburgo, principalmente cuando allí oscurecía… Y es que detrás de Sophie, en las calles y alrededores de Edimburgo se tejía una siniestra historia, una lucha silenciosa y compleja donde la ambición, la manipulación, el terror, lo devaluado de la existencia (en fin, todos los males que aquejan a esta sociedad nuestra) golpeaban y perseguían a esta joven, a nuestra adorada Sophie. Y también, por qué no decirlo, gracias a Anabel Consejo y Ana Joyanes también hemos descubierto los deseos y la capacidad de amor y de amar que nutren el corazón y los impulsos de Sophie, y algunos de sus personajes.
Suelo decir que mi escritura avanza guiada por una brújula: sé hacia dónde quiero ir, pero nada más. Poco a poco descubro cuanto acontece en el relato. Diría que soy el primer lector de mis propios textos, pues a medida que brotan, suelo tener sensaciones similares a las que se me producen durante la lectura de un libro ajeno. En este caso, sin embargo, se ha rizado el rizo: he escrito casi a ciegas, y esta experiencia, me atrevo a escribirlo, es única hasta la fecha. Y quizá sea irrepetible.
Para ello hay que tener muy claro que la péñola del escritor está al servicio de una historia que no le pertenece, y eso supone ser lector ferviente de lo que los compañeros/amigos han dejado negro sobre blanco antes que tú. De forma especialísima con quien te ha precedido en el manejo de la pluma. En mi caso ha sido mi queridísima Dácil Martín que me ha regalado espléndidos capítulos para continuar la narración con cierta seguridad.



Pero al mismo tiempo con la sensación de caminar constantemente por el borde del precipicio. Creo que todos nosotros (y mal está que ahora me haga yo portavoz de mis colegas/amigos) hemos sentido algo similar. Y eso se notaba hasta en la extensión de los primeros capítulos, sobre todo la primera vuelta.
Pero la grandísima virtud de este proyecto que ha concluido su primera etapa (sólo la primera, todavía nos falta), ha sido que a través de la escritura o gracias a ella o a pesar de ella (vayan ustedes a saber), he conectado con un grupo de personas FANTÁSTICAS.
Y esto lo escribo así, con letra capital y subraydo y con otro color, porque a mi modo de ver (y no creo errar en esto) esta (sin acento) ha sido la clave que ha provocado que el engranaje de la novela funcionara del modo en que lo ha hecho.
Es cierto que para que una actividad en sí misma salga adelante, importa relativamente el modo en que se lleven quienes están destinados a realizarla…, pero qué quieren que les diga: no es lo mismo.
No es lo mismo saberse querido, respetado y apreciado, que no. Por el contrario, cuando uno se siente tan arropado, es más libre, está más seguro y actúa con la convicción de que un error será tratado de ese modo, no como el final del mundo o una razón suficiente para abrir un sumarísimo proceso por alta traición.
Y además, uno es consciente de que su aportación a la tarea tiene dos vertientes: no es la mejor, no es la imprescindible, no es la determinante, pero sí es necesaria, total y absolutamente necesaria.
Quizá pudiera extenderme algo más. Pero creo que es suficiente.
Oscurece en Edimburgo es la primera novela del colectivo o grupo 7 plumas.
¿Será la última?

Sólo el tiempo responderá, ahora, tenemos que culminar la tarea, ahora emplearemos nuestro esfuerzo en pulir Oscurece en Edimburgo para que pase a sus manos en forma de papel, en forma de libro, será la materialización de un sueño…, el primero.


22 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Glubsss

Un error de edición que no sé por qué se ha producido ha trabucado el orden de uno de los párrafos.
Creo que ya está subsanado.

María dijo...

La costumbre de abrir el blog, varias veces al día, aún no la he perdido y creo que tardaré bastante en perderla.

Por eso he visto tu última reflexión. Estoy totalmente de acuerdo contigo, ha sido un proyecto, difícil para los escritores y a la vez, un placer, para los lectores.

Y ahí está, el proyecto concluido.
OSCURECE EN EDIMBURGO, tal vez no llegue a encabezar las listas de libros más vendidos, o tal vez si, pero en cualquier caso, siempre será una novela, escrita por 7 Plumas. Por siete magníficos escritores, que además, han terminado siendo siete queridos amigos. Gracias a todos.

Ángeles Hernández dijo...

"Se hace camino al andar".

El producto es de calidad, pero el proceso de creación también. Ambos por separado y también muy interrelacionados.

Sin autocomplacencia, porque no formo parte del "elenco" de autores, estoy encantada son los siete meses y con la novela. De acuerdo con loque dice Amando en esta entrada y también de acuerdo con su satisfacción.

Muchas gracias a todos y más besos (aprovechando que todavía podemos seguir comentando en siete plumas) Á.

Mercedes Pinto dijo...

Abrazos.
Ha estado bien seguiros, pero que muy bien. Poder asomarse a la ventana de vuestro taller: veros trabajar, sufrir, “robar tiempo al tiempo para llegar a tiempo”, la sorpresa que suponía para cada miembro del equipo un nuevo capítulo, asistir en primera persona a vuestros errores y aciertos, poder leer y releer, echar marcha atrás, intervenir… y muy especialmente comprobar , día a día (¡más de seis meses!) el gran respeto y la comprensión que os habéis demostrado unos a otros, que sólo podía darse entre fabulosas personas (si ya es difícil el entendimiento entre dos, entre siete es prácticamente un milagro).
Ahora, vista la obra con la perspectiva que dan estos días, me doy cuenta de que a pesar de la complejidad que entraña, la novela goza de un argumento con garra y unos personajes de perfilado carácter, bajo mi punto de vista, dos pilares fundamentales en una novela. Sé que vuestro trabajo no ha terminado, que ahora queda el pulido, la fase más ingrata y tediosa de la creación, pero, si habéis sido capaces de llegar al capítulo 55 sin un solo roce, es pan comido.
En cuanto salga a la luz la edición en papel, no os quepa duda que iré corriendo a comprarla y la leeré con una dedicación y cariño especial.
Os deseo toda la suerte, porque vuestro esfuerzo lo merece.

Amando Carabias dijo...

Quizá por eso mismo, María terminé anoche de escribir esta entrada, que luego, a trancas y barrancas he podido subir esta mañana. Se hace difícil no echar un vistazo a este blog que nació como criatura de otro, y por lo que se ve es mayor de edad.

Ángeles, de nuevo te tengo que dar las gracias por estas palabras, y creo que aunque Oscurece en Edimburgo está ya, el blog 7 plumas perdurará.

Mercedes: ¡Bravo! Eso de "Robar tiempo al tiempo para llegar a tiempo" es la mejor descripción de lo que muchos hemos sentido muchas veces, pero con la sensación de que en verdad ganábamos mucho en el empeño y con el esfuerzo

FranCo dijo...

Amando, muchas gracias por el regalo de este post, lo he leído como cuando a un niño pequeño le regalan una caja envuelta en un bonito papel de regalo, y corre tras un sillón para abrir el tesoro que contiene.

Trataremos de mantener este blog como punto de encuentro con todos nuestros amigos de camino. Con este grupo maravilloso que se ha creado y con todos aquellos que se puedan unir.

No me queda la menor duda que por medio de este blog, lanzaremos nuevos proyectos y que la metástasis que nos invade (la escritura) nos obligará a escribir nuestra segunda novela.

Este es nuestro punto de encuentro. No se me despisten.

Mercedes Pinto dijo...

Franco, por mi parte, pienso seguir asomándome al taller de vez en cuando, no quiero perderme nada.

Isolda Wagner dijo...

Se haría difícil no seguir abriendo este blog. FranCo, no temas, seguirá siendo lugar de reunión.
Te agradezco inmensamente tu locura y saber mantenerla; supongo que no habrá sido fácil. Pero cunado se leen vuestros comentarios, los de los siete, es innegable que habéis disfrutado de ella y de la amistad surgida entre vosotros. Supongo que valorareis en mayor medida ésta última, que la novela en sí.
Por mi parte, decirte Amando, como autor de este post, que una vez más, has narrado esta historia con tu prosa delicada, con la palabra justa, a la que nos tienes acostumbrados y a la que también se habran acomodado los nuevos seis amigos.
Gracias a todos y... Ahí nos vemos!

Ángeles Hernández dijo...

Aquí una más a seguir y a colaborar en todo lo que sepa y pueda, incluído hacer de cla si es menester.

Esperamos tus propuestas FranCo. El que no arriesga no gana y hay que dejar que, quien tiene ideas como tú, tenga también la osadía de llevarlas a cabo y algún que otro pirado que le siga, aunque a veces haya que robar tiempo al tiempo, al sueño, al sol...

Un beso más de esta osada entusiasta Á.

Inma Vinuesa dijo...

Que fantástico anfitrión eres Amando,me encanta que tengas las ideas claras y que seas el inspirador de nuestros sentimientos.
Bueno hay algo que no me ha gustado mucho: que me llames mojón de carretera. Siempre me ha sonado mal esa palabra, no se porqué.
Pero me quedaré con su significado señalador.
Gracias, por expresarte tan bien, por ser el comunicador de nuestras ideas, fantasías y locuras.
Yo también creo que este debe seguir siendo nuestro punto de encuentro durante un tiempo y que podamos comentar los pormenores del trabajo de edición,difícil tarea.

Un beso, mi genial amigo.

MLuz dijo...

Enhorabuena a todos

He sido una lectora en la sombra desde que empezásteis (la verdad es que os descubrí justo al principio de la historia) pero nunca me atreví a comentar.

Solo deciros que me ha encantado acompañaros en esta aventura y que echaré de menos a Sophia...

Un saludo
MLuz

Isolda Wagner dijo...

Estoy contigo Inma, mojón del camino (menos mal que no ha dicho de carretera), no nos gusta. Amando, sintiéndolo mucho, tendrás que buscar otro símil, seguro que no tardas nada.
Pero nada cambia de lo dicho antes.
Besos.

María dijo...

Y yo que pensaba que era la única nostálgica, que seguía mirando en el blog, por si pasaba algo.

Veo con agrado, que esta experiencias, nos ha dejado huella a todos.

Flamenco Rojo dijo...

Ana, andaluza, paisana, desarraigada donde las haya…he disfrutado mucho con tus capítulos como te lo he expresado cada vez que he podido.

Inma, otra paisana, de Cádiz, artista polifacética…qué gran idea la tuya, Edimburgo, quién lo iba a decir.

Dácil, a la que no le gusta escribir sobre ella…bueno, no pasa nada…nos ha hablado de Sophie y de toda la tropa…y nos dejaste aquella canción de Aztec Camera “Walk out to Winter” y aquella "Entre los juncos la dama danzó la canción de la muerte, y en su rostro el violeta"¿recuerdas?

Anabel la cuentista, siempre arriesgando en tus capítulos, siempre dinámicos y amenos…y la primera que te lanzaste junto con Sophie a la piscina.

Marcos, estimado amigo, con ese agudo sentido del humor…te ocurre algo similar a Dácil, te cuesta decir algo de ti…pero que poco te ha costado hablarnos en los capítulos. Se nota que eres “drogadicto” y “adicto” a la escritura.

Franco, el “Cerebrito” como el senador Cabral en “La fiesta del Chivo” de Vargas Llosa…Nunca te podremos agradecer el esfuerzo organizativo que supone este proyecto, al cual le queda todavía algún recorrido hasta poder verlo en papel.

Y Amando, mi querido Amando…

Gracias a los siete por permitirnos comunicarnos con ustedes. Seguiremos en contacto.

FranCo dijo...

MLuz, gracias por seguirnos, aunque preferíamos que no fuera a la sombra. Estamos seguros que tendrías muchas cosas que aportarnos. Que tendrías una opinión y muchas sugerencias.
Esperamos que lo hagas desde ahora.
Bienvenida a 7 Plumas

Flamenco Rojo dijo...

Catherine, siempre con tus agudos comentarios, tan peculiares…

María, una de las abuelicas más dicharacheras de Barrio Sésamo…

Mercedes, siempre al pie del cañón ayudando con su experiencia de escritora consagrada...

Ángeles, impenitente lectora, diseccionando capítulo a capítulo…

Pilar A. aunque tarde se ha hecho notar con sus comentarios…

MLuz y tantas personas que os han leído aunque no hayan comentado...

E Isolda, mi querida amiga Isolda…

Gracias a todos por ser como sois. Seguiremos en contacto.

Marcos Alonso dijo...

Hola MLuz gracias por estar aquí y salir del ropero para conocerte, bienvenida.

Bueno y a los demás no les diré nada que esto de las despedidas ya no me está gustando.

María dijo...

Flamenco Rojo, me gusta que me hayas trasladado a vivir a Barrio Sésamo, aquí estoy con Blas y Epi, Gustavo, el reportero más dicharachero, el monstruo de las galletas, etc. no quiero volver a mi casa. Cuando quieras puedes pasarte, verás que diver...

Gracias por tus palabras, un abrazo.

Amando Carabias dijo...

Buenas noches a todos y a todas.
Inma e Isolda, obviamente no me refería ni a Inma ni a Marcos, sino a sus textos, pero para evitar confusiones ya está modificado, ahora alumbra más.
Querida, Inma esta frase es lo realmente siente y ha sentido mi corazón desde el principio des este proyecto. Y cualquiera que me ha oído hablar de él habrá escuchado de mis labiso que lo importante era el equipo:
"No es lo mismo saberse querido, respetado y apreciado, que no. Por el contrario, cuando uno se siente tan arropado, es más libre, está más seguro y actúa con la convicción de que un error será tratado de ese modo, no como el final del mundo o una razón suficiente para abrir un sumarísimo proceso por alta traición".

Este post, Marcos, ha nacido, precisamente para evitar la sensación de despedida, pero no está siendo posible. En fin.
Comprendo vuestra sensación, porque es la misma que yo mismo tengo, pero seguro que como ya ha insinuado Francisco, alguna idea se nos ocurrirá. Fijo.
Como siempre, querídisimo, tus comentarios están escritos desde dos condiciones que ya me gustaría tener a mí: el cariño y la agudeza.
María: vivir en Barrio Sésamo es una de las ilusiones que deberíamos atesorar todos, pues allí, que yo recuerde, se aprende con una sonrisa y se reparten galletas y hay seres tan encantadores como Epi.

Y darte las gracias en especial a ti M. Luz que de algún modo representas a esas personas que sentíamos aunque no oíamos... Es siempre un misterio esta sensación, pero se tiene o no se tiene.
Y ahora te preguntaría muchas cosas, pero no lo haré, seré poco curioso, pero te garantizo que una de las razones (y no la más pequeña) que a un escritor le impulsa a su tarea es saber que otras personas anónimas y desconocidas para él o ella, siguen su trabajo.

Amando Carabias dijo...

Fe de erratas:

Como siempre, querídisimo, Flamenco tus comentarios están escritos desde dos condiciones que ya me gustaría tener a mí: el cariño y la agudeza.

Ángeles Hernández dijo...

Flamenco, eres the winner y the king.

Tenemos que pasear por Triana, marchando..

Un besazo Á

catherine dijo...

¡La droga del miércoles!
Gracias Amando. Gracias también por traernos, yo y varios amigos, a este lugar raro, a esta experiencia especial.
Hasta luego, muchos besos.