18 ago 2010

Capítulo 32


Escobedo entendió que tenía que soltarle la cuerda a Sophie, no era el momento de utilizar sus armas de cautiverio invisible. La paloma estaba arisca, desorientada y debía volar, medicarse con la libertad del cielo, tratarse contra la dependencia. Ese instante trasladó a Carlos a su época de adolescente, a su pasión por la colombofilia. A sus horas de observación y estudio de las palomas, unos seres que le fascinaban. Animales capaces de volver a su palomar desde cualquier punto por distante que fuera, dejando en muchos casos su vida por el camino por agotamiento. Lo único que puede distraerlas de su objetivo de vuelta a su palomar es el amor. El cruzarse en su vuelo con un palomo que se las lleve a su palomar. Pero solo son capaces de ello los mejores conquistadores, los más bellos, los de raza, los fuera de serie. Pocos son los elegidos. Esos palomos son muy cotizados y Carlos de joven disponía de varios. El arrastrar hasta su palomar a bellos ejemplares de paloma era una de sus múltiples aficiones. En ese tiempo aprendió a ser como uno de esos machos conquistadores, distinguidos con una áurea invisible, que vertía una especie de campo magnético que atraía a las palomas, en este caso a las mujeres. Estaba seguro de que la paloma volvería al palomar...
.../...


38 comentarios:

María dijo...

Excelente capítulo, Carlos nos va dejando conocerle.
FranCo, o eres aficionado a la colombicultura o te has documentado muy bien. En Murcia existe gran tradición de volar los palomos.
Como siempre, al final, nos llega la sorpresa, esta vez con Walter, resulta que también conocía a Amy, al parecer todos los que estuvieron en su entierro, intentaban esconderse detrás de una gafas de sol. ¿Por qué?.
Es curioso que cuando llevamos gafas de sol, o las mujeres el pelo tapándonos la cara, creemos que nadie nos ve.

Ana J. dijo...

Por fin está aquí!
Un capítulo que ahonda en la personalidad de Escobedo (jamás se me habría ocurrido asociarla a la de una paloma, ni en cien mil años) y en la de Walter.
Hacen buena pareja estos dos. Ya veremos cómo se les da esa salida nocturna, porque parece que Walter está deseoso de contar los secretillos de más de uno.
Hay una cosa que me llama la atención. Escobedo dice que no le pone cara a Jack. ¿Está haciéndose el desentendido o realmente no lo sabe? Al menos, el día que se encontraron en la cena Deborah, Sophie y él tuvo la oportunidad de verlo, y no me imagino a Carlos en plan despistado, sino siempre controlando la situación.
¿Realmente va a soltarle cuerda a Sophie? Lo dudo mucho. Aunque no quiera implicarse emocionalmente con ella (es su máxima), no va a dejar perder su negocio tan fácilmente.
Aunque, mientras escribo esto pienso que igual puede ser el momento para que cambie y que es posible que cierre la emisora. Bueno, se me acaba de ocurrir.
Lo de las gafas de sol y los funerales. Ocultan los ojos hinchados de llorar y los que se han quedado secos debiendo estar hinchados. Poco más. Solo procuran la ilusión de que se puede pasar desapercibido pero, visto lo visto, está claro que no. ¿Cuántos más "engafados" habría en el funeral?
Me ha gustado mucho este capítulo. Es relajado, fluido y nos mete en la piel de Carlos. Tampoco está nada mal que Walter tome relevancia.
Un abrazo fuerte, FranCo
Muchos muy grandes para todos

Amando Carabias dijo...

Bien dicho, Ana, por fin está aquí, pero será que lo bueno se hace esperar...
Me ha gustado por varias circunstancias todas ellas objetivas y que se pueden contrastar:
En primer lugar, damos otro paso para conocer a Carlos, para que el personaje no se nos quede en pura caricatura. Es verdad que ya sabíamos varias cosas, pero esta entrada en su interior, asociándolo a las palomas (para ser exactos a los palomos que se dedican a 'raptar' a las pobres palomas mensajeras)nos ayuda (o me ayuda) a recuperar la imagen de un hombre observador y embaucador, sí... Pero algo más. Algo que me llena de satisfacción, esa especial descripción sobre el modo de soportar el dolor y el sufrimiento.
Si continúo con la analogía a la que me lleva la lectura del capítulo en el que los conocimientos colombofílicos pueden asimilarse al modo de ser de Carlos Escobedo, entonces descubrimos en él un ser más hondo y poliédrico de lo que a simple vista podría parecer. Un ser con capacidad para el sufrimiento.

En segundo lugar me parece muy logrado el diálogo de la pareja Walter/Escobedo. Y sobre todo la parte final que introduce un estilo de guión de cine o texto teatral, acotando simplemente el gesto o estado de ánimo de quien habla.
Por cierto este diálogo vuelve a incidir en el tono de novela negra que va tomando nuestra narración.
En tercer lugar cómo la escena nos prepara para continuar la noche o la madrugada edimburguesa por lugares sugestivos o sugerentes de la ciudad...
Me lo regalas.
Creo que no daré ese paseo, no conozco tan bien Edimburgo,y me apetece otro paseo.
Esto también me ha gustado del capítulo; pero esto es muy personal, claro, no me ha roto la idea que tenía para el mío una vez leídos los anteriores.
Ahora sólo me hace falta tiempo.
Estoy de acuerdo con Ana, Escobedo se hace el longuis respecto de Jack Donaldson. Es la típica táctica. En el fondo creo que ni Walter se lo cree, aunque entre en el juego, o eso entiendo del texto:
"Calvos, habían muchos. Pero te refieres a Jack Donaldson. Otro que tras sus gafas cree que es invisible. Un pez gordo. Dinero e influencias. Pensaba que le conocías -Walter desconcertado.- "
Lo dicho, me ha gustado, y sólo discrepo de ti en una cosa:
Creo que aunque Sophie se acerque a Carlos no será el final del programa; aunque Escobedo sea condescendiente y ceda el programa seguirá siendo un éxito y mantendrá los índices de audiencia en lo más alto de los programas de radio escuchados en Edimburgo..., que tampoco es que sea Londres.

María dijo...

Yo creo que cuando Carlos, pregunta a Walter, por el Calvo, es evidente que lo que pretende es tirarle de la lengua, porque está claro que le conoce de la cena, cuando les presentó Sophie.
Walter parece que sabe cosas y Carlos va a sonsacarle, si no para que se lo lleva de copas, él que hasta ahora a sabido guardar las distancias con el camarero.

Anabel dijo...

Lo que voy a decir no te va a gustar, Francisco, pero lo siento mucho, he de decirlo: es el mejor capítulo que has escrito en esta novela. ¿Por qué? Porque nos has presentado de una manera estupenda a Carlos Escobedo. Es sorprendente cómo, partiendo de la metáfora de que Sophie es una paloma, nos enseñas el trasfondo, la trastienda de Escobedo. Es así como se ha de presentar a un personaje. Además, estoy segura, a todos nos ha sorprendido que Escobedo hubiera sido criador de palomas. Eso es maestría. Por si esto fuera poco, has logrado en un breve diálogo, pero muy significativo, dotar al camarero de una personalidad y, al mismo tiempo, hacérnoslo muy interesante. Has dejado una perita en dulce para el próximo plumífero: un viaje por el trasfondo de Edimburgo de estos dos. Estoy esperándolo en candeletas (soy aragonesa pero llevo más de 20 años en Cataluña y ya todo se pega).

Has demostrado que puedes sacar al mejor escritor que llevas dentro en los momentos más difíciles. He de decir, que he observado lo mismo en mis queridos plumíferos que escribieron los anteriores capítulos. Esto está cuajando.

Abrazos, family.

catherine dijo...

Un comentario rápido porque tomo el avión mañana para... Cataluña. ¡Al fin! lo puedo leer antes de salir.
Encantada por el palomo y la palomita, encantada por lo importante que se vuelve Walter con todos los secretos de la ciudad, te felicito , FranCo.
Besos a todos los Plumistas mosqueteros. Confío que al regresar encontraré varios capítulos tan apasionantes como éste.

Inma Vinuesa dijo...

La verdad que es original la idea de las palomas, no me imaginaba a Carlos colombófilo, aunque parece que ese debe ser el kit de la cuestión que algo te sorprenda y mucho. Lo has conseguido por esa parte, aunque te confieso que me ha atrapado mucho más la escena del viejo diván con Walter. Debo ser rarita.
Capítulo bien escrito, con soltura que nos adentra en el personaje de Carlos, el cual se nota que has creado y te gusta, nos hace falta introducir a los personajes con más profundidad sobre todo los que son o van a ser claves en la novela.
Bien FranCo, realmente no parece que se te haya ido la inspiración, yo diría que todo lo contrario.

Ángeles Hernández dijo...

Amando te me has adelantado, yo que había ido haciendo mi esquemita del 1, 2, 3, 4 : palomas, Walter, calvos, programa de radio... y ahora ¿qué hago?.

Pues apostillar lo que dices ademas de sumarme a la idea de la "táctica de avestruz/gafas de sol": escondo la cabeza ergo no soy visto y coincidir con Anabel en que este ha sido ( por ahora) tu mejor capítulo FranCo: Enhorabuena, lo has bordado.

Bueno en realidad, esta espectadora insolente, piensa desde su rincón perdido, que cada nuevo capítulo es el mejor que vais escribiendo. Los seis últimos: a) Jack despotricando por el encarcelamiento de Sophie, b)Jack asaltado entrevistándose con su padre, c)Amy enferma y confesa y Sophie recordando su prisión, d)Muerte y entierro, e)Sophie toma las riendas de sí misma y de la dama de la callejuela, f) Carlos colombófilo y Walter filósofo ( casi recuerda el final de Casablanca) de Marcos, Anabel, Inma, Dacil, Ana y FranCo son de un nivel de notable alto tirando a sobresaliente ( ya sé que soy una entusiasta y una piropeadora pero NO FALSA).

Amando, tu Mr Hutton fue excelso pero te ha llegado el turno de esta ronda de "mejores capítulos" ( insisto: por ahora) Es el destino de siete plumas, estais condenados al éxito, al menos al éxito de la Calidad.
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FranCo: la metáfora de la paloma, siento repetir lo ya dicho pero el asunto lo merece, me ha sobrecogido, sobre todo la idea del palomo magnético y la de su capacidad de sufrimiento.
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Gracias a los siete por regalarme tan buenos momentos como lectora, me alegro muchísimo de haberme subido a vuestro tren. Un placer y a seguir que la afición pide más.

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Abrazos a todos, los siete y los comentaristas fijos ( ufff, esta noche me ha dado la vena sensible, y pensar que si no fuera por Amando habría reincidido en mi "cerebral" estilo... No hay mal que por bien...)

FIN.

FranCo dijo...

Gracias por los ochos primeros comentarios. ¿Me creen si les digo que no esperaba tantos elogios? Imagino que no.

De entrada les pido perdón (aunque ha sido dentro de plazo) por la tardanza en publicarlo. Pero hasta esta tarde a las 16.00 horas no me había sentado a escribirlo. Algo me lo impedía. No llegaban las musas.

Hoy me encuentro que me caigo, pero mañana creo que escribiré un post de experiencia paralela referente a la escritura de este capítulo. Un parto doloroso al principio y placentero al final. Una lástima que no me invitaron Escobedo y Walter a fumarme la noche de Edimburgo junto a ellos hace solo tres añitos.
Hasta mañana y con el horizonte de Zaragoza.

María dijo...

Releído el capítulo una vez más, tengo algunas dudas.
¿De qué conocía Walter a Amy?
Recordemos: el bar está cerca del trabajo de Sophie, pero ésta, tiene que coger el autobús para ir a su casa.
Esto sugiere que Amy, tenía que coger el mismo autobús, para ir al Viejo Diván ¿Sólo para tomarse una cerveza? Es posible que alguna vez fuese con Sophie, pero Walter, da a entender que la conocía, lo suficiente como para ir a su entierro.

Inma Vinuesa dijo...

Francisco, vuelvo a leer el capítulo, y no he podido dejar de pensar en la personalidad de Carlos Escobedo, tio curioso, toque machista, egocéntrico, seguro de si mismo, con control absoluto de su entorno. Pero de vez en cuando le invade la infelicidad. Me encantaría que nos describieses como es para tí este personaje, ¿no se permite ningún mínimo error, ni siquiera en cuestión de sentimientos?, ¿no se permite sentir?
Como siempre, me ha gustado mucho más la segunda lectura.

Amando Carabias dijo...

No puedo evitarlo, llego a una escapada por internet y me encuentro con un comentario tan sugestivo...

¿Puedo inmiscuirme, Inma?
Es que no puedo evitarlo. Es la ventaja de hacer resúmenes y otras cositas. Creo que Carlos no es como lo ves. Lo veo al revés. Es un tipo absolutamente sentimental, pero como las palomas. Transcribo textualamente:
"Siempre tenía presente la capacidad de sufrimiento de las palomas, a lo largo de su vida no había encontrado otro ser que sufriera el dolor interiormente como ese animal. Podías desplumarlo, destriparlo, asfixiarlo, retorcerle el cuello… que nunca esgrimía un signo de dolor, un sonido de queja, un movimiento de defensa. Un sufrimiento inexpresivo, inmóvil, congelado en el más sordo de los silencios. Carlos lo había adoptado. Sentir y llorar con lágrimas secas y hacia el interior."

Por lo que yo deduzco, María, Amy debio ser alguien importante en el pueblo de Cramond y en Edimburgo. Walter ya tiene sus años y la recuerda. No olvidemos el detalle de la protección/enamoramiento/control de Donaldson padre...

Ahora llegará Francisco y dirá justo lo contrario que acabo de escribir...

FranCo dijo...

Amando, te me adelantaste.

María, es cierto que he dado a entender que Walter conocía en gran manera a Amy. Walter lleva décadas en la ciudad, es un tipo culto. Escucha, ve y calla muchas cosas. Está centrado en su profesión y su negocio.

Pienso que Walter no solo conocía a Amy de El Viejo Diván. Es un personaje que pude saber mucho de esta historia. Pero eso lo tienen que decir las siguientes Plumas. Yo solo pongo la simiente.

Gracias por tus apuntes.

FranCo dijo...

Inma, no te puedo decir como es Carlos Escobedo. Es cierto que yo he sido el padre biológico de la criatura, pero tiene otros seis padres adoptivos. Su evolución dependerá mucho de la educación que perciba y de como lo críen. Unos seremos unos padres inflexibles y otros más permisivos…

Lo que si te puedo decir por experiencia, es que lo hijos se comportan de una manera frente a los padres y fuera de ese entorno se transforman. Los padres siempre pensamos que conocemos a nuestros hijos. Tú concebiste a Sophie y mira el rumbo que ha tomado la cojita.

Isolda Wagner dijo...

Llevo varios días ocupada en otros menesteres y me he leído los tres capítulos seguidos.
La primera impresión es de "¿cómo vamos a llevar todo esto hacia adelante?" Mejor dicho: ¿cómo vais...? Pero finalmente, una vez más, me rindo. Lo conseguís, pero siempre al filo de lo imposible. Cada lectura me lleva al precipicio, pero curiosamente gracias a los comentarios de todos, me recompongo y asumo el capítulo, así hasta el siguiente.
Carlos, que me tenía intrigada-enamoriscada, se me ha caído con todo el equipo. No, no por lo que habéis escrito sobre él, sino por las palomas, que me dan un asco que no podéis imaginar...
En cambio me pareció muy acertado que Walter conociera a Amy. El testigo lo tiene él ahora, además de la nueva Sophie, por supuesto.
Besos a los siete, por tres veces.

Flamenco Rojo dijo...

Pregunta… ¿Alguien ve tintes machistas en la primera reflexión de Escobedo cuando piensa que tiene que soltar la cuerda a Sophie?…No sé, no lo tengo suficientemente claro, pero… ¿Quién es Escobedo para decidir cuándo puede volar o no Sophie? Ciertamente vamos conociendo más sobre la personalidad de este personaje y me gustaría conocer vuestra opinión en este sentido.

FranCo, magistral el capítulo.

Abrazos y besos.

Amando Carabias dijo...

Pues ya que preguntas y me pillas por aquí, así a bote pronto a mí no me lo ha parecido, o no especialmente. Más bien he visto la reacción de un jefe que mira que su empleada se está yendo por otro lado. Su reflexión apunta más bien hacia cuestiones comerciales.
Es verdad, sin embargo, que hay un tufillo de excessiva protección masculina.
Vuelvo a las palomas (lo siento Isolda). Él mismo se compara como un palomo seductor.
¿En el galanteo o seducción hay machismo?
Quizá sí, quizá algo, o quizá simplemente quede la huella de que somos mamíferos que tenemos nuestros propios ritos para el encuentro entre los sexos...

Respecto de las palomas y si sirve de consuelo para Isolda, se habla (o yo no lo he interpretado así, porque tampoco me gustan las palomas) de palomas mensajeras, que son especiales, hermosas, ágiles, veloces, gráciles...

María dijo...

Yo no veo la reflexión de Escobedo, como un pensamiento machista, del estilo "o mía, o de nadie", sino más bien, está pasando una mala racha, vamos a no tensar la cuerda, no se vaya a romper y perder el terreno ganado, en su manipulación para conseguir sus fines. Pero creo que pensaría igual, si estuviese tratando con un hombre. Lo primero es lo primero, sus intereses.

ana J. dijo...

Un poco machista sí que es el niño, en mi opinión, aunque yo esa frase la veo más como paternalista.
Bien mirado, ambas actitudes van muchas veces de la mano.
Es bueno que los personajes no sean perfectos (aunque sospecho que este aspecto no ha sido buscado por ti, FranCo), que tengan aristas, luces y sombras, algunas de pequeño calibre, como este aspecto machista-hiperprotector, que hacen que Carlos sea de carne y hueso.

Ángeles Hernández dijo...

Yo más que machista lo veo controlador, como el padre al hijo, al jefe al empleado o el tirano al esclavo: dejemosle cuerda larga y que se desintoxique del cautiverio con algo de aire puro.

Es listo, porque sabe que si presiona perderá a quien depende de él, pero muestra su estilo dominante y controlador.

Podría ser machista, pero creo que Escobedo haría lo mismo si él fuera mujer o si Sophie fuera un hombre cuyos servicios necesita.

Dácil Martín dijo...

Hola a todos, me incorporo. He leído varias veces el capítulo con la intención de estrujarlo, de atar los cabos que la primera lectura me dejó bajo esa impresión inmediata que da el tono machista-paternalista-duro y colombófilo con el que se describe magistralmente a Carlos Escobedo. Lo siento Francisco, por este inevitable adjetivo, magistral. He disfrutado leyendo. Imaginé también tu desconsuelo por irte con Carlos y el veterano Walter a callejear la noche del Edimburgo.
Ahora bien, hay ciertas frases que hacen tensar un poco a las fans más feministas de Sophie: "...nuevo juguete que había creado...". Aquí de nuevo aparece Sophie como la pobre chica manipulada. Ella no crea, es él quien lo hace, mueve sus riendas para que actúe. ¿Él la utiliza, y ella no? ¿No existe simbiosis?
Aunque después, existe otras frases que relajan un poquillo a la fans, cuando dice: "... a la que miraba más allá de un mero instrumento...", y luego, "... que como siempre sucumbiría...". Es aquí donde me surge una duda, Francisco. ¿ Quién siempre sucumbe, Carlos o Sophie? Supongo que Carlos, pero releyendo no lo hilo.
Como resultado de este planteamiento sobre el regreso de la paloma a su palomar, da la sensación que Sophie volverá a la radio al ser conquistada, no deja de ser cierto. Sin embargo, yo entendí del capítulo de Ana J, el 31, que Sophie, efectivamente, volvería, pero con otras intenciones.
En general, el capítulo desprende aire de novela negra, porque está claro,este Carlos es un misterio, es inquitante el saber por donde puede salir este personaje. Recordemos que en el capítulo en el que estuvo con Deborah, capaz fue de matarla.
Estoy de acuerdo con los demás comentarista, en cada capítulo creces a pasos agigantados como escritor. Felicidades. Un abrazo grande.

Anabel dijo...

No veo ningún problema en las "declaraciones" de Carlos. Tampoco he detectado machismo, tal vez un poco de paternalismo, pero es que tiene razón en sentirlo así. No sé vosotros, pero yo veo que si él le muestra sentimientos a Sophie -tanto si son verdaderos como si son falsos- ella regresa al nido como una palomita encantada de haber conquistado a su palomo. Eso o nuestra Sopnie nos va a sorprender convirtiéndose en una mujer de armas tomar -como ya lo ha demostrado, de hecho-.

En todo caso, no creo que haya que rasgarse las vestiduras porque un personaje sea machista, los personajes son lo que son. ¿Verdad que no pasa nada cuando un personaje es asesino? Bueno, pues éste es machista. Estamos en una novela, construímos una realidad basada en lo que conocemos. Sin más.

Y Francisco nos la ha mostrado magistralmente (me uno a Dácil por si no lo he dicho ya).

FranCo dijo...

Anabel, me quitaste las palabras. ¿Que pasa si Escobedo es machista? ¿Es peor que un personaje asesino?

Estamos en una época de sensibilidad tan absurda e hipócrita que a todo llamamos machismo. Entiendo que ya no se puede crear un personaje de esta estirpe. Yo no veo a Escobedo como un machista, lo veo como un embaucador, un encantador de serpientes.

Ana, estás en lo cierto, Escobedo tiene muchas sombras, es solo una fachada y que cuando baja la guardia lo puede engullir cualquier pajarillo. Es por ello que se asegura mucho de mantener las distancias con las mujeres. Por ello lo de “El castillo caería”.

Todo ello es mi particular visión de Escobedo. Igual llega Amando ahora y lo hace gay.

Amando cuanta razón tienes, las palomas mensajeras no son esas palomas enfermas y flacas de la ciudad; son bellas, están entrenadas, toman vitaminas y tienen una alimentación de deportistas de élite. Brillan, destilan salud. Nada tienen que ver, te lo aseguro.

Anabel dijo...

Estoy contigo, Francisco.

Vivimos en una sociedad tan atada al yugo de lo políticamente correcto que da lástima, por no decir otra cosa.

Hemos perdido el norte.

Y no sigo por este camino que me sulfuro...

FranCo dijo...

Dácil,
A tu pregunta ¿Quién siempre sucumbe, Carlos o Sophie? Yo había pensaso en Carlos Escobedo, en anterior capítulo ya lo insinué "Escobedo estaba de retirada, necesitaba un periodo de sosiego y sabía perfectamente que las mujeres no contribuían a ello. Eran devastadoras"

Carlos sabe que es un palomo conquistador, pero una pocas veces se da la circunstancia que es la paloma quien se lleva hasta su palomar al palomo (buchón) y es el final como especie. Un fracaso. El intenta evitar eso.


Gracias por tus palabras, pero de verdad inmerecidas. ¿Hasta donde puede crecer un pigmeo?

Amando Carabias dijo...

Respecto del machismo de Carlos, simplemente aclarar un par de cosas. Cuando sostuve que no me parecía machista la frase o la actitud, me refería en concreto a la frase o situación que se plantea en este capítulo. Sigo pensando que no hay machismo, o no hay sólo machismo.
En todo caso, y como fiel reflejo de la sociedad (no sólo española), que un personaje de la novela sea machista ni me parece mal, ni significa nada. Puestos a ello, más machista me parece Jack Donaldson.
Y por otro lado me parece que la pregunta que inicia el debate no busca otra cosa que ahondar en el modo de ser de Escobedo que se perfila cada vez más como una alternativa seria a co-protagonizar la novela.

Inma Vinuesa dijo...

Gracias Amando, realmente la pregunta que le dirigí a Francisco era para ahondar más en un personaje que estoy convencida tomará un peso importante en la novela, pero si somos realistas, y pensamos un poco en el personaje y sus características no es descabellado: andaluz, mediana edad, ( un alto porcentaje de andaluces de esta edad están criados por la típica madre de la posguerra acostumbrada a favorecer el machismo de una sociedad en donde, hasta hace muy poco, la mujer estaba en segundo plano), atractivo, acostumbrado a tener éxito con las mujeres. 4º capítulo, donde se especifica una escena que guía minuciosamente la actitud de la protagonista. No es tan ilógico pensar que tenga un punto machista en su personalidad.

María dijo...

Con el tema del machismo de Carlos Escobedo, creo que nos estamos haciendo un lío.
Perdona Inma, pero andaluz, mediana edad, malcriado, no equivale a machista. ¿Y si Carlos, en vez de andaluz, fuese de Asturias?, en todo caso, se podría decir: español, igual a machista, pero éso, tampoco es cierto.
En mi opinión, deberíamos dejarlo en Carlos Escobedo, egoísta, manipulador, encantador cuando le conviene, pero dispuesto a matar si llega el caso. Que no nos deslumbre su fachada.

Flamenco Rojo dijo...

Vale, acepto “pulpo” como animal de compañía…Después de volver a leer el capítulo veo a Escobedo más como “gavilán” que “palomo”…Ahora sin broma, lo que sí está claro que FranCo ha ahondado en la personalidad de Carlitos.

Inmaaaaaaaaa…que soy andaluz y de mediana edad (54 tacos) y mi querida madre es de la postguerra y no soy machista…ni feminista.

Un abrazo para quien le apetezca un abrazo y un beso para quien desee un beso.

Inma Vinuesa dijo...

No me digas que un toquito machista no tienen los hombres andaluces, que les gusta que las mujeres hagan todo el trabajo de la casa, y que intentan prevalecer sus opiniones, porque son los hombres de la casa, mi padre era un poco así, mi hermano, y muchos amigos que conozco. Típica frase "yo soy el hombre y tengo que asumir esta responsabilidad", ese pelín de orgullo masculino.
Fijaros que desde la primera pregunta he puesto toque machista, "toque", no rasgo clave de su personalidad.
No te me mosquees que yo también soy andaluza, y no he pretendido generalizar.
Por cierto, me apetece mucho el beso y el abrazo, me los cojo pa mi.

Ángeles Hernández dijo...

Ni andaluces, ni suecos. Hay de todo en todas partes, incluso entre las féminas que deberíamos tenerlo muy clarito.

Carlos es prepotente, los machistas son prepotentes, pero no necesariamente se trate en esta ocasión de un prepotente machista.

LLevo una mañana...así es que Sr.Andaluz de mediana edad, acepto abrazo, beso y un poquito de ternura¡por favor!.

Marcos Alonso dijo...

Buen capítulo Franco, no sé si el mejor de los que has escrito, como ha dicho Anabel, creo que me costaría decidirme. Profundizas en el personaje que has creado y al que le has dado forma hasta surgir un personaje un tanto idealizado, pero del que no terminamos de fiarnos. Solitario, sigiloso y controlador encuentra nuevamente a un personaje a su altura, discreto como él. ¿Lo querrá utilizar para sonsacarle información o compartir sin temor una noche de diversión y posibles confesiones. Muy bien escrito.

Amando Carabias dijo...

Buenos días a todo el mundo.
Sé que se sale del tema de este capítulo, pero no me puedo resistir dejaros este enlace de El País, que viene a demostrar el poder que alcanzan las empresas de seguridad.
Desde aquí se puede leer.

Amando Carabias dijo...

y ahora que leo yo mismo más despacio la noticia, no dejéis de consultar los enlaces que propone el propio periódico...

María dijo...

Os asegurasteis bien de que Purplestone, no existe de verdad, mira que esta gente no se anda con chiquitas. Los pelos de punta se me han puesto leyendo la noticia.

Isolda Wagner dijo...

Leído y procesado, desarmada me encuentro ante estas instituciones, por llamarlas algo. Primero fue Whitestones y ahora, hoy, sin ir más lejos, están ahí, en el diario.
¿Seguro que ninguno de los siete ha vivido una vida anterior?
Como dice María, hay que andarse con cuidado que estos no miran a nadie y les importamos un bledo.
Besos silbando distraidamente.

Anabel dijo...

Desgraciadamente, la realidad siempre supera la ficción.

Creo que lo "menos creíble" de nuestra novela serían los hechos "paranormales", el resto de datos todos son de lo más verosímiles.

Noticias así, aunque no me sorprenden, me entristecen. Parece que el género humano sigue sin aprender la lección.

Saludos

María dijo...

A propósito de los hechos paranormales, que menciona Anabel y en vista de que la novela, parece que claramente, ha tomado un rumbo concreto, ¿sería posible cerrar o atar, esos hilos sueltos?.
A ver, Plumas y lectores, que no se diga, esas neuronas en funcionamiento. ¡Ya!.
Si habéis conseguido que todo cuadre, ésto, no va a ser menos.