22 may 2010

Mi mundo paralelo


Texto de Inma Vinuesa


No sé si quiero explicarme, justificarme o simplemente desahogarme de la inquietud que supone llegar a tu turno de escritura, cuando tienes una idea prefijada de un personaje, de una situación o del desarrollo de la historia, y compruebas que no coinciden con la de los demás, te entra una confusión mental bastante curiosa.
Por un lado, pretendes seguir en la onda del anterior, por otro te paras y piensas: “esta idea que tenía elaborada la tengo que reflejar de alguna manera”, y te rebaneas los sesos para encajar tu película. Revisas y revisas por si te has despistado en algún dato, o introduces algo imposible con las características que ya están descritas, lo cierto es que hoy necesito explicaros porqué continué lo iniciado por Anabel, y no cerré un ciclo.
Es posible que algunos penséis que el capítulo era muy predecible, y que no he sorprendido a muchos, pero yo os invito a que descubráis en cada párrafo los detalles que he intentado transmitir:
En el primer párrafo Ed no es un personaje cualquiera en la vida de Sophie, quería que descubrierais que aunque, no le ayudó en el peor día de su vida, ella conservaba el grato recuerdo de su relación adolescente, quizás porque muchos de los malos recuerdos del pasado solo resurgían en las pesadillas, estaban en el subconsciente, y normalmente los humanos por autodefensa nos quedamos con lo bueno de cada prójimo.
La historia de reencuentro quería descubrir a un Ed (personaje del que me enamoré cuando nos lo presentó Amando) como la persona con la que Sophie se podía entregar tal y como es. Todos tenemos un alma gemela con quien desaparecen complejos, tabúes, ética, normas. No he querido definir su personalidad ni sus intenciones, para que mis compañeros le puedan dar el perfil que quieran, pero quería transmitir que sus deseos iban más allá de la obsesión sexual o los secretos que pudiera saber de ella, su unión era más profunda, más delicada, pero no por ello deja de ser menos enfermiza, el resto se irá vislumbrando por mis compañeros capítulo a capítulo.
Posteriormente, ya comenté en algún sitio que esa callejuela” me traía por la calle de la amargura". Cuando Anabel describió, tan acertadamente el pasado, tuve que conectarlo con acontecimientos del presente que también inquietaban a la protagonista, hay una unión entre pasado y presente que no quería que se perdiera, da mucho juego esa Callejuela (existe una mezcla entre Hitchcok y Amenabar ), que me apasiona.
Y por último, crear una confusión con ese personaje en la sombra, ¿Quién será, podría ser el jefe viciosillo, Carlos Escobedo, un nuevo asesino, un psicópata, su padre…?
Tenía que lanzaros esta cantidad de pensamientos agolpados en mi mente, e invitaros por un momento a entrar en mi mundo de fantasía.

8 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Muchas gracias, Inma, por tus palabras, por ese exponernos sin tapujos los pensamientos que te han acosado en estos días (entre el domingo y hoy).
Ya hice anoche mismo un comentario genérico sobre Ed, en el comentario al capítulo. No diré nada sobre lo que pensé de él cuando lo descubrí acodado en la ventana, escuchando la voz maravillosa de Sophie. No es el momento.
A mí todavía me falta un turno, el de Dácil, antes de volver a tomar la pluma, pero mentiría si diría que no le he dado vueltas al asunto.
Y sé que es contradictorio con algún otro comentario mío, en el sentido de no pensar nada, puesto que no serviría de nada, pero es que es inevitable.
Muchas gracias por compartir esta experiencia.

Inma Vinuesa dijo...

Gracias a ti por estar siempre ahí, animándonos con tus comentarios. No es fácil atreverse a publicar las ideas que se agolpan en la cabeza, simplemente porque muchas no tienen ni sentido, el sentido se lo das después de pasados los días.
Un beso, y gracias a ti.

catherine dijo...

Ese mundo paralelo tuyo es muy interesante. Según lo que dice Amando os pasa lo mismo a los dos por lo menos. Hacerse una idea de la continuación o de los personajes y tener que cambiarlo todo, os admiro yo que llamo a Eddy Teddy, que no había pensado que la silueta pudiera ser su padre y tantos otros datos que se precisan o surgen cuando os toca vuestro turno. Me haces pensar en los ensayos de teatro en que a partir del mismo texto el escenógrafo encuentra algo pués otra cosa en un personaje o una situación. Mi comparación no es perfecta porque aquí el texto no está escrito ya, quizás pienso en espectáculos basados en varios textos elegidos por los actores. Pero entre vosotros 7 Plumas, no hay jefe-escenográfo, es lo más interesante de la experiencia que sigue muy bien.

Ana J. dijo...

No he querido leer este mundo paralelo tuyo, Inma, hasta no haberme empapado de tu capítulo para no contaminar mi lectura con tu realidad y ver hasta qué punto he sabido captar lo que nos ofreces.
Me ha sorprendido ver que hemos coincidido en eso que yo llamo amnesia y que tú defines como la capacidad que tenemos de recordar lo bueno para evitar el sufrimiento.
Pero lo que más me ha sorprendido ha sido la coincidencia de que tu idea de un personaje o una situación “prefijados”, por usar tu término, no coincida con la de los demás y tengas que tirar por otro lado para continuar en la línea. No veas cómo me identifico con eso ¡y yo que me creía una marciana!
Aunque antes he comentado que creo que sería mejor que siguiéramos por las “callejuelas” de la novela negra más que de la novela sobrenatural, fue justamente una novela sobrenatural lo que yo tenía en mente desde que apareció el famoso callejón, con sus muertos rituales y sus presencias y sus dementes capaces de ver con claridad ese mundo etéreo que se les escapa a los sanos, que sólo pueden percibirlo a través del frío, las sombras y, sobre todo, el MIEDO. Pero, ya ves hasta qué punto lo dejé de lado al ver el desarrollo de la historia…
Como ves, en el baboso del pendiente he visto a Jack Donaldson y ahora compruebo que no eran esas tus intenciones… patinazo… Bueno, si es otro, no me importa que huela a mandril…
Está claro que cada uno tenemos un/unos personaje/s en la mente y en el corazón y que tenemos que hacer un gran ejercicio de cintura para encajar los cambios forzados que se nos imponen.
Me encanta que hayas escrito esta experiencia paralela, porque creo que ilumina mejor el capítulo y porque, sobre todo, nos hace aterrizar en nuestras propias necesidades y angustias.
Un abrazo, Inma. Otro a todos.

Errata y errata dijo...

Inma, yo no soy gran literata ni tampoco te conozco tanto como los demás que aquí te acompañan en el viaje así que puedo nomás decirte como lectora aficionada lo que me pareció tu capítulo: precioso. No tienes nada que justificar aunque desahogarse es bueno para el alma. Es maravilloso el camino de la escritura que has recorrido y este proyecto que están llevando a cabo. Comentas aquí que por ahi pensamos que el capítulo puede ser tomado como predecible, pues te dire que a mí me sorprendió para bien. Me encantó ver una parte más "normal" en los personajes, algo que me permita sentir identificada con ellos, acercarlos a mí. Comentas tambien que "no por eso es menos enfermiza" la relación de Sophie y Ed y yo creo que de cerca nadie es normal. Y además las relaciones demasiado burdas no tienen nada de atractivo a nivel literario. Me gusta mucho tu sinceridad y que hayas tenido la nobleza de compartir tus dudas con nosotros. Un abrazo,

Inma Vinuesa dijo...

Maia:
Te confesaré un secreto, yo tampoco soy literata, tan solo una gran aficionada a la lectura, igual que tú, y te aseguro que me conoces de la misma manera que los que me acompañan en esta aventura porque, no nos conocemos. No sabemos como son nuestras caras ni siquiera nos ponemos tono de voz en nuestras palabras escritas.
Pero si te puedo decir que el acercamiento que está aportando esta experiencia (no solo entre los que escribimos sino con todos, lectores habituales), es muy cercana, y esperamos, y creo que estamos consiguiendo, una complicidad muy buena.
Muchas gracias.

Anabel dijo...

Creo que todos los que participamos en este proyecto nos podemos sentir identificados con lo que aquí expresas.

Es un "placer" ver reflejados tus mismos miedos y cuitas en la voz de otra persona. Como dice Ana, ya no soy una marcina, ya somos más.

Déjame que te sea sincera: a pesar de todo no tienes que justificar el cómo o por qué lo has escrito así. Tú has hecho uso de tu turno, de tu decisión. Has respetado las mínimas reglas que hay (¿hay alguna?)y has elaborado un capítulo que suma facetas a unos personajes que van creciendo poco a poco. No tenías que cerrar nada si no te apetecía, sólo escribir lo que te viniera en gana. Eso has hecho, eso está bien.

De todas maneras, es de agradecer tu forma de abrirte, de expresarte, de entregarte de forma tan sincera y absoluta.

Convéncete que lo haces dignamente, bien.

Pisa fuerte. Deja huella. Seguiremos tu rastro.

Saludos,

Anabel, la Cuentista

Inma Vinuesa dijo...

Muchas gracias Catherine, Ana, Maia y Anabel, creedme (como dice Anabel) cada vez me estoy animando más a dejar la marca de mi pie por el camino. Esta experiencia me está resultando apasionante, pero a la vez no es nada fácil, te crea un sentido de responsabilidad curioso.
Gracias por vuestras palabras