9 jun 2010

Capítulo 12


No se escucharon las sirenas de las ambulancias en el interior de Hillwood. Poco más que el ruido de la brisa que removía la copa de los árboles, el arrastrarse de algún animalillo entre los matorrales, y sus propios pasos, la acompañaron de regreso al punto de encuentro. Y el zumbido de los recuerdos que se atropellaban, caóticos, dolorosos. La tierra se había pegado a sus zapatos, a su ropa, se había incrustado bajo las uñas, tan persistente como la obsesión que la había llevado de nuevo al bosque.
Se sentó en un mojón cercano a la curva donde desembocaba el camino y luchó por recomponerse. Por fuera y por dentro. Se sacudió el polvo, soltó el pasador con que sujetaba la melena en una cola de caballo y se peinó con los dedos para rehacer la coleta. Respiró hondo. Todo debía mantenerse bajo control.
El sol estaba muy bajo, el atardecer se imponía en rojo y violeta. Se retrasa, pensó, fastidiada. Los pocos coches que pasaban por la carretera aminoraban la marcha, hasta que comprobaban que la mujer no requería ayuda. Algún chaval le gritó algo, entre risotadas, a través de la ventanilla abierta y la música a todo volumen. En otra ocasión, Sophie habría contestado con un gesto obsceno, pero las insípidas bravuconadas sexuales de un niñato, tan poco originales, no lograron siquiera llamar su atención.
Déborah se retrasaba. Y mucho.
Lo tenía al alcance de la mano. La oficina estaba desierta. Todos habían concluido su jornada, solo quedaban él y la limpiadora, que se demoraba en los cubículos del fondo. Como tantas tardes, había pedido algo para cenar y se disponía a relajarse antes de abordar los temas que quedaban pendientes después de una dura jornada. La soledad de su despacho le gustaba, contemplar la noche a través de la pared acristalada, las luces de los edificios en la distancia, la oscuridad del cielo sin estrellas, cargado de neblina opalescente. Música de fondo, horas por delante para trabajar en privado, sin tener que soportar la estridencia de los teléfonos, de las voces demandantes, sin la perpetua distorsión de las imágenes de los monitores con la información de bolsa.
Jack se aflojó la corbata, se recostó en el sillón, eligió Worlds collide, de Apocalyptica, con una pulsación en el mando a distancia. Alargó la mano hacia la libreta que reposaba sobre la escribanía, la rodeó con los dedos, recorriendo el borde repetidas veces. Con un impulso, se apartó un tanto de la mesa, dejó que sus manos reposaran sobre sus piernas estiradas. Se concentró en el llanto del chelo, en los acordes desgarrados, demandantes, que parecían salidos de sus propias tripas, en el ritmo enervante de la batería.
Esa chica…
El chelo lo exaltaba y le proporcionaba calma a un tiempo, la calma que su interior agitado necesitaba, la excitación sin la que no sabía vivir.
Los acordes se extinguían. Saltó a otro cd sin escuchar el resto de las canciones. Nothing else matters. So close, no matter how far. La letra original se confundía en su cabeza con la delicada versión que llenaba la habitación de algo similar a la nostalgia.
Miró a la libreta como si de una persona se tratase, como si poseyera vida autónoma.
La había encontrado sobresaliendo del cajón de la mesa de su secretaria cuando, malhumorado, fue a buscar por sí mismo la información que necesitaba, ya que esta había puesto una excusa, estaba seguro, para no acudir a trabajar.
Jamás la había visto separarse de ella, como una colegiala que guarda celosamente su diario, como si el cuaderno de pastas de colores brillantes fuera un tesoro. Pero esta vez lo había dejado en la oficina, a la vista de todos. Un descuido nada esperable en Sophie, que los últimos días se había mostrado desconocida, imprevisible. Algo le rondaba por la cabeza, era evidente. Y el que se hubiera dejado olvidado su talismán solo servía para reforzar esa idea.
La intriga pudo más que la certeza de que tomar algo que no le pertenecía, algo tan íntimo, era inaceptable. Ni siquiera se excusó ante sí mismo diciéndose que la libreta podría ser una agenda donde encontrar la información que precisaba. No necesitaba subterfugios ante sí mismo: quería saber qué ocultaba Sophie entre esas tapas, qué le revelarían esas páginas que la hiciera algo menos oscura.
Algo de su olor permanecía entre sus hojas, lo percibió al acercar el cuaderno a su nariz, ávido. Y decidió dejarlo hasta el momento adecuado, cuando lo importante para el negocio estuviera solucionado y lo que quedara de noche fuera solo para él.
Se incorporó y se acercó a la mesa, tamborileó al ritmo de la batería sobre el cuaderno y se dispuso a olvidarlo por unas horas. Pero un trozo de papel que amarilleaba sobresalía de los bordes.
Solo esto, solo un vistazo a lo que esconde entre sus páginas, se dijo, total, un recorte de periódico, nada, algo intrascendente, seguro. Después, te concentras en lo que tienes que hacer.
“Desaparece un matrimonio de un pequeño pueblo sin dejar rastro alguno”
No era lo que hubiera imaginado encontrar.
Y luego, otro.
“Encontrada muerta una prostituta dentro de un contenedor de basura”
Y aún había más recortes, trozos sueltos de papel con frases garabateadas, tarjetas de visita y cuidadosas anotaciones.
Decidió aparcar el trabajo. For whom the bell tolls sonaba con violenta potencia.
La sensación de que todo estaba saliendo rematadamente mal la enojaba y preocupaba a partes iguales. Déborah la había dejado plantada, ella se había olvidado de cargar el móvil y casi era de noche. Para colmo, ni un coche. Nada. Tragados por la tierra, como si en lugar de la carretera a Cramond se encontrara en mitad del desierto de Nevada, en una de esas carreteras interminables que bailan entre los vapores de la calina. Solo que la bruma que invadía la calzada era húmeda y la empapaba, poco a poco, sin remedio. No había llevado ni un chubasquero, ni tan siquiera algo de abrigo. Deseó haber sido más previsora, deseó ser fumadora para, al menos, tener un mechero con que calentarse las manos.
Siguiendo el trazo del arcén, con cuidado de dónde ponía los pies, iluminada por una luna que aparecía en el horizonte, indecisa, se dispuso a recorrer el camino que la separaba de Cramond. La oscuridad crecía junto con su aprensión. Cada pequeño ruido que escuchaba a sus espaldas, cada sombra que se proyectaba en la carretera desde la linde del bosque, conseguían sobresaltarla.
-No pasa nada. Estoy en la carretera general. No pasa nada, no va a pasar nada…
Quiso canturrear para calmar la ansiedad, pero los sonidos no afloraban a sus labios ateridos. Agachó la cabeza y apretó el paso hasta que el pie enfermo comenzó a doler por el esfuerzo.
Un coche que circulaba en su misma dirección, al fin, se acercó y disminuyó la velocidad al divisarla, para frenar casi por completo cuando llegó a su altura. Se bajaron los cristales del asiento del copiloto. El corazón se le desbocó cuando escuchó la voz femenina que la interpeló:
-¿Podemos ayudarla, señorita?



51 comentarios:

catherine dijo...

Ana, ¡qué bueno! el cuaderno-libreta, la alternación entre Sophie y el sinvergüenza de Jack, otras canciones y Sophie muda y para el suspense la voz femenino saliendo del coche.
Bravo, bravo.

Flamenco Rojo dijo...

Vamos completando la banda sonora de película...Descubrí hace tiempo a el grupo finlandés Apocalyptica, cuatro violonchelistas versionando música heavy metal, especialmente piezas del grupo americano Metallica. Canciones como “Master of Puppets” o la que aparece en el capítulo de hoy, “Nothing Else Matters”, son obras maestras del rock.

Abrazos lluviosos desde Sevilla.

Amando Carabias dijo...

Me rindo a tus pies. Me parece un espléndidísimo capítulo.
A lo largo del día comentaré más despacio, pero me parece muy acertado que hayas cogido esta doble trama en tu narración. Me ha gustado muchísimo la melodía del texto (no he podido escuchar aún las músicas que nos has propuesto. Quiero leer el capítulo con la ambientación propuesta, seguro que crece.
Entraré más despacio a medida que tenga tiempo. Ahora me dedicaré a releer y a disfrutrar del resto de comentarios.

Mercedes Pinto dijo...

Es curioso, me he puesto a leer si mirar siquiera el nombre del autor de este capítulo y, después de un par de frases he pensado: "lo ha escrito una mujer, seguro". Pero me he esperado hasta el punto y final para comprobarlo; el ritmo del texto no me ha permitido interrumpir la lectura.
Me ha parecido una entrega escrita con claridad, maestría y dinamismo. Alternar las situaciones que estaban viviendo dos de los personajes principales, Sophie y Jack, en el mismo tiempo pero distinto espacio, ha resultado una elección magnífica en este tramo del relato, muy eficaz para captar la atención del lector. Así que el jefe de Sophie tiene en sus manos el pasado de su empleada... Y ella, ¿qué hace deambulando por la carretera? ¿Por qué Deborah no la ha recogido? ¿Quién será la mujer que ha parado el coche para recogerla?
Después de conocer a los personajes principales, el nudo de la trama se muestra pero que muy interesante.
Felicidades, lo estáis consiguiendo.
Un abrazo a los siete.

Marcos Alonso dijo...

Algunos creen, aún, que los textos no tienen olor ni sabor, seguro que no han leído este capítulo. Me quedo con el calificativo de Mercedes,"maestría" y si me lo permiten los escritores, los gourmets y Celia Cruz, "sabrosón".

Siguiendo el consejo de Amando, y ahora que tengo solucionado el audio del PC, me voy a dar tiempo para degustarlo, sin prisas y con la música propuesta mientras contemplamos el bosque de Hillwood y la campiña escocesa.

Un abrazo CQ

FranCo dijo...

Ana, has servido una maravillosa comida para que disfrutemos las próximas Plumas. Me explico: un capítulo perfectamente escrito, que nos ofrece las llaves para cerrar o dejar abierto los secretos del cuaderno de Sophie, para que la protagonista de la novela siga tirada en ese arcén de la carretera o regrese. También la llave para que reconozca esa voz que viene del coche, la voz que parece ser que introducirá a los conductores del vehículo en la novela. En este caso es lo que espera el lector y estaría “cantado” en cualquier novela. Lo lógico sería que ayudaran a Sophie y que fuera alguien conocido. Pero yo me decantaría por una falsa apreciación por parte se Sophie (una falsa alarma), o que la putearan, le robaran, o algo similar…

Felicitarte, pues vuelves a reiterar el contenido de los recortes de prensa, que pienso que no podemos perder de vista y que no caigan en el olvido de los lectores. También merece mención especial el ritmo del capítulo, que engancha.

Inma Vinuesa dijo...

Está tan bien el capítulo que me has dejado con unas ganas tan impresionantes de seguir leyendo que no se si aguantaré hasta la próxima entrega.
Interesante, muy interesante, muy bien escrito,parece que estabas viendo ambas escenas en el momento de escribirlas, le has dado ese toque de realidad que inevitablemente te transporta al lugar y a la mente de los personajes.
Madre mia todo lo que estoy aprendiendo con esta aventura.

Anónimo dijo...

bueno, ya tenemos el dichoso cuaderno a nuestro alcance, ahora está en la pluma de Marcos, ( y en las manos del calvo) si fisgoneamos o no.
Parece claro que, la accidentada ha sido Déborah, y Sophie queda tirada en la carretera hasta hacérsele de noche, el coche que para a ayudarla, o bien debería ser una "falsa alarma" como apunta FranCo, o alguien de su infancia, que pueda aportar algún dato nuevo a su investigación. Besitos y que llegue pronto el domingo.

Anabel dijo...

Vayamos por partes, porque este capítulo merece una mención aparte, una mención de honor.

El mejor. No quiero entrar en competiciones ni rivalidades vanas, pero este capítulo es el mejor de los 12 que llevamos escritos. Sólo lo he leído una vez, pero me basta.

Utilizo el adjetivo que ya han repetido en algunos comentarios: magistral.

Ahora voy por partes, como me vaya dictando mi cerebro que aún bulle tras haberlo leído.

Me encanta cómo mezclas las dos escenas simultáneas en el tiempo de la narración y ubicadas en paisajes diferentes. Eso da ritmo, intriga, suspense.

Nos presentas por primera vez (si exceptuamos a la Sophie adolescente) a una Sophie desvalida, sola, perdida, necesitada de ayuda.

Vemos al Jack que ya conocemos: jefe poderoso, rico, controlador, obsesionado con Sophie, pero, a la vez, preocupado por ella. Quiero creer que su preocupación va un poquito más allá de sus deseos sexuales y de su control sobre ella. Y digo esto porque nos muestras a un Jack indeciso delante de una caja de Pandora por la que daría una mano por abrir. Duda, se resiste, incluso por un instante quiere aparcar la libreta, pero, ah, aparece un recorte fuera de la libreta y es tan fácil… Nuestro Jack es débil, débil ante una mujer coja a la que manda, pero que, realmente, no domina, débil ante una hoja amarillenta, débil. Débil porque no quiere mostrar su debilidad. Lo siento, chicos, pero este Jack me está empezando a gustar mucho.

Y me sigue gustando cómo nos presentas a los personajes: por sus actos. Es la mejor manera de hacerlo.

Has retomado la libreta que teníamos un poco olvidada y la has vuelto a poner en primer plano. Juegas con las piezas que ya tenemos –que ya son bastantes- y sólo añades un interrogante final que es la posibilidad de que la voz femenina del coche pueda o no ser conocida –le toca a Marcos decidir qué hacer-. Bueno, añades otro: el recorte de prensa que habla de una prostituta hallada muerta en un contenedor de basura. ¿Quién puede ser?

Ah, la música, fantástica. Me encantan los chelos… Se me ocurre otro chelo que pueda también gustar a Jack… pero antes va Marcos.

Bravo, Ana.

Anabel, la Cuentista

Amando Carabias dijo...

Ahora haced el experimento que acabo de hacer yo.
En el piso de abajo están subidos los videos con las melodías propuestas por Ana (bueno he añadido la propuesta por Dácil y la que aparecía en el capítulo 3).
Leed, si os parece, el texto acompañados por esas músicas, buf... qué pasada...

Ángeles Hernández dijo...

Primera lectura, casi a la carrera por mi impulsividad y el atrayente texto:

(¿Qué adjetivo emplear que no se haya dicho?):

"Superbe", si, ése me gusta, debe ser lo que un francés diría como máximo exponente de su entusiasmo y suena mejor que "soberbio" que tiene matiz de pecado capital.

Tres aciertos: dos historias y un fondo musical fuera de serie.

Creo que antes de meterme en harina voy a leer de nuevo toda la novela, merece la pena.

Un abrazo a los siete magníficos y a mi amiga Mercedes Á.

Isolda Wagner dijo...

Primero que nada, pido perdón a FranCo por no haber comentado su capítulo, que ha resultado otro bombón para Ana. Joya...es tu apellido y lo que eres, vaya entrada señores!
Me ha encantando. Cada uno con su trama. Sabemos algo más del jefe, la música que le pone, cómo está colgado de Sophie. El misterio sigue vivo, pero nos adentramos en los personajes, que a fin de cuentas es lo que se persigue.
¿Quién se parará a recogerla? Fué realmente Deborah, la víctima del accidente?
Emocionante vuestra aventura, ya lo he repetido varias veces, pero es que me parece asombroso lo que estais haciendo.

Un beso enorme y otros 6.

Ana J. dijo...

Estaba desesperada por leer los comentarios que hacíais de este capítulo y cuando he podido sentarme delante del ordenador me he encontrado este maravilloso regalo. Sois más que generosos, excesivamente generosos. Y me siento tan feliz por ello…
Son tantos y tan estupendos los comentarios que no sé por donde empezar.
Tal vez por el principio: MUCHÍSIMAS GRACIAS, Catherine, Flamenco, Amando, Mercedes, Marcos, FranCo, Inma (gracias especiales por tu sms), María, Anabel, Ángeles e Isolda.
Creo que este capítulo es solo la consecuencia lógica de los precedentes. Ni más, ni menos. De hecho, incluso algunos habíais hecho sugerencias que parecían estar leyéndome la mente. Pero es que es, insisto, lógico. Todas las bases estaban puestas y algunas pistas eran magnificas. Yo solo he recogido el testigo.
Nada de lo escrito estaría ahí sin las contradicciones de Sophie, escritora introvertida, rebelde echadora de cerveza, masturbadora impúdica; sin su gusto por anotarlo y guardarlo todo en ese cuaderno repleto de recortes y misterios; sin esa Déborah que no terminamos de encajar (y que ha salido airosamente, por ahora, en una ambulancia, camino de la muerte o la vida); sin ese bosque exterior e interior; sin esa necesidad de sus padres que la empujan al terror del callejón y las pesadllas y la internan en el bosque en busca de respuestas,
Estaba muy preocupada por si no era capaz de integrar mi narración en el contexto general, por si desentonaba. También me preocupaba que odiarais la música, por lo personal que es. Pero me arriesgué porque creo que subraya de una forma muy ajustada la personalidad que intuyo en Jack.
Anabel, menos mal que has sido capaz de captar esa dualidad de Jack, que es lo que me movió a crearlo desde un principio. Temía que se quedara para siempre en el limbo de los obscenos acosadores, sin tener una oportunidad para mostrar que más allá de sus instintos retorcidos hay una pulsión distinta a la meramente sexual que incluso a él le cuesta reconocer. Claro, que la culpa habría sido mía y solo mía por haberlo mostrado desde el principio como el capullo que también es. Por eso le va muy bien la música de Apocalyptica: metal en envoltorio clásico, armonía alternando con sonidos casi caóticos.
Flamenco, tu reseña sobre Apocalyptica y Metallica es acertada. For whom the bells tolls también es original de Metallica (worlds collide lo es de Apocalyptica: una pasada de disco). Los covers que hacen de los temas de Metallica son impresionantes, como si su música hubiera sido escrita para chelo.
Catherine, me encanta que hayas reparado en que Sophie se queda muda, mientras el mundo de Jack está inundado por la música. Gracias.
Mercedes, como siempre, demuestras ser extremadamente perspicaz. Mucho. Supongo que ya tienes una idea formada acerca de quién puede ser la mujer del coche, alguna conjetura. Seguro.
Inma, no te va a quedar más remedio que ponerte a escribir, aunque luego se quede como un capítulo alternativo. Te veo lanzada.
María, ¿por qué te inclinarías tú? La mujer es amiga o enemiga? ¿Es solo alguien que pasa por ahí por casualidad?
SIGUE EN OTRO POST

Ana J. dijo...

Francisco, me dejaste la puerta abierta con ese accidente. Desde que Amando escribió su excelente monólogo interior tuve la necesidad de que Sophie se perdiera, de forma real o figurada. No podía salir de ese bosque con los recuerdos que guardaba en una caja (por cierto, en ella veo la metáfora de su cerrado mundo interior, lleno de secretos y memorias aparcadas y guardadas a buen recaudo) y marchar a resolver el misterio, sin más. En un principio la vi perdida en el bosque, pero ese accidente me proporcionó la clave que necesitaba: siempre es abandonada, involuntariamente, pero abandonada, tiene que enfrentarse a la soledad y al miedo, tiene que decidir sola. Aquí aún no tengo muy integrada la figura de su abuela, a pesar de que siempre aparece flotando por la historia. Pero eso es problema mío, que espero solventar con los relatos del resto.
Marcos, dudé bastante en si matar o salvar a Déborah, pero después del apercibimiento que le hiciste a Francisco pensé que lo mejor era dejar su vida en tus manos… si quieres, claro. Por cierto, me ha encantado que encuentres el texto “sabrosón”. Siempre he pensado que mis textos son duros de digerir, me hace ilusión que te haya resultado agradable al paladar lector. Palabra.
Ángeles, espero ansiosa (lo digo de verdad) a ese análisis tuyo de cada capítulo. Siempre aporta detalles que habría pasado por alto y recapitula lo más importante.
Gracias, Isolda, por el piropo que me echas. Yo también creo que es increíble esta aventura a siete manos y muchísimos ojos. Es estimulante y emotiva y enriquecedora y distinta y… es una suerte que hayamos confluido tantas personas en un espacio tan singular.
Amando, aunque he visto que lo has puesto en un post aparte, ¡qué gran idea mostrarnos toda la banda sonora unificada, dispuesta para ser disfrutada.
Siento haber sido tan extensa, pero es que me habéis dedicado comentarios tan increíblemente buenos y, perdonad que insista, generosos, que me he lanzado. Y eso que me quedo con ganas de comentar más aspectos que sugerís o que me rondan por la cabeza.
Muchas gracias, chicos, muchas gracias a todos.
Un abrazo fuerte a todos

FranCo dijo...

Ana, dices que "Sophie siempre es abandonada, involuntariamente, pero abandonada, tiene que enfrentarse a la soledad y al miedo, tiene que decidir sola" Ahí quería llegar, me gusta que el personaje navegue en esas aguas. Por ello me refería a que está cantado que el coche que llegue le ayude, y pretendía evitarlo, pero marcos ahora será Dios y el decidirá.

Sophie aguanta otro revés y el lector también. Se han realizado estudios de guión y psicológicos que determinan que un espectador o lector se llega a creer y a no "sacarlo" de la historia, que el protagonista sufra hasta 3 revés o circunstancias positivas seguidas. Despues de una de etas series hay que intercalar una antagonista. No se si me he explicado. Quiero decir que tres de cal y una de arena. O tres de arena y una de cal como másximo.

Dácil Martín dijo...

Magnífico, genial. También me apunto a elogiar la maestría con la que describes a los personajes por sus actos y encajas la lógica de la historia respecto a los demás capítulos. Una exposición bordada con sencillez, pero oculta un trasfondo interesante, de intriga: dejando al lector elucubrando en el misterio. Ana, has puesto el broche de oro que implica irremediablemente clasificar a la historia de Sophie como una extraordinaria novela negra.
El personaje de Jack se ha humanizado. Me ha encantado el gesto, el ritual de respeto que realiza ante la presencia del cuaderno de Sophie. Y por supuesto, también la música (qué detalles Amando, Flamenco y los comentarios de los demás, que han permitido disfrutarla inmediatamente).
Y qué final uf, sorprendente el: "...podemos ayudarla señorita...", y que nos hace pensar en tantas posibilidades. Estas me las guardo no las comento, pues Marcos y Anabel tienen aún que intrigar y contar en los próximos capítulos.
La novela se va superando cada vez, creciendo al ritmo de la música de Metallica y de Bath, como ya han comentado.
Felicidades amiga, un besote grande, y también para todos los demás pues son entrañables, y están haciendo de este proyecto mucho más que una novela.

Ángeles Hernández dijo...

No necesitas de mi análisis, tú lo has hecho enterito y sin dejar un cabo sin atar.

Efectivamente tu capítulo ha sido un éxito, por lo bien escrito, por el ritmo, por la música, por ir simultaneando dos momentos íntimos opuestos -opuestos incluso son sus sentimientos recíprocos- por salvar a Jack como monolítico malévolo (nadie es monolítico), por…

Pero sobre todo, esta duodécima entrega es el éxito de un conjunto de escritores que se entienden, se complementan sin afán de protagonismo, dan lo mejor de sí mismos por el bien de la obra conjunta, y van asimilando de manera positiva los comentarios que entre todos vamos aportando cada día, alabando o criticando.

Has sabido recoger casi todos los testigos y has creado algún enigma nuevo (conductora, cadáver de prostituta). No podría decir que este capítulo sea el mejor, pero es, como algunos otros, un capítulo de recapitulación, de atar cabos, de profundización en temas y personajes iniciados de manera tangencial de los que necesitábamos saber más, y de otros más avanzados que estaban , y aun siguen, en “suspense”.

La novela que había ido creciendo en extensión, empieza a hacerlo también en intensidad, y eso nos gusta, sobre todo porque no hay nada disonante y vamos conociendo mejor lo que había sido simplemente dibujado.

Mi enhorabuena a ti y a todos. Ahora hay que mantener el nivel, pero ¿soy muy optimista si pienso que lo vais a conseguir?.

“Superbe”, me repito a mí misma, y no voy a aburriros repitiendo todo lo que otros, mejor que yo habéis comentado y que comparto de pleno.

El saludo de la hora de las brujas desde el rincón oscuro donde me hallo, esperando…

Ana J. dijo...

Me has desorientado con los de los tres acontecimientos, FranCo. Yo no creo que la/los del coche tengan que ayudarla solo porque haya habido más o menos acontecimientos buenos/malos (¿Hay ya tres malos?). De hecho, terminar ahí el capítulo pretende hacer presagiar que nada bueno se avecina. Eso no quiere decir que Marcos no decida que sea un alma caritativa que la recoja y le ponga la calefacción para calentarla, si es que decide ir por ahí. Lo que quiero decir es que yo no creo que tenga que estar predeterminado lo que haya de suceder.
Muchísimas gracias, Dácil. Me imaginaba que el sacar a relucir el cuaderno te iba a interesar. Y alguno de los matices de Jack... Me encantaría estar dentro de tu cabeza para saber cómo continuarías, esas reflexiones que te callas para no influir en los siguientes.
Ángeles, me alegro mucho de que sientas esa complementariedad que yo también creo que existe entre nosotros. Es uno de los rarísimos privilegios de que estamos disfrutando. No sé, tal vez sea la ilusión por llevar a buen término la empresa que nos propusimos, los comentarios que se vierten, que nos iluminan hasta el más mínimo detalle de lo que va sucediendo, el buen feeling que, sin proponérnoslo, se ha creado entre todos. No sabes cuánto te agradezco tus comentarios (y ese "superbe": yo también amo el francés), como se los agradezco a todos, en este capítulo y en todos.
Un abrazo para todos

María dijo...

Creo que Sophie, es lo bastante fuerte, para salir del trance ella sola. Todo lo mas un coche que la acerque a la ciudad, otra cosa habría sido, si la voz que le pregunta si quiere ayuda hubiese sido de hombre. En tal caso, podría haberse tratado de Carlos, que inquieto por su desaparición, sale a buscarla, o simplemente a conducir para tranquilizarse y el hecho de encontrarla, nos podría llevar a la situación de ver que hay realmente entre ellos.
En cuanto al cuaderno, por remiso que se muestre Jack, yo le hacharía un vistazo, aunque, si no conviene a historia, el vistazo fuese superficial. Lo siento, pero además de cotilla, creo que ahí tiene que haber cosas muy interesantes.

Anónimo dijo...

En cuanto a Déborah, yo la quitaría de en medio. Dado que lleva diez años investigando y aún no ha encontrado nada, no le veo mucho futuro, ni como investigadora, ni como personaje.
Me parecería más interesante, desarrollar el personaje de la abuela, ya que tiene que saber muchas cosas del pasado, ¿por qué mantiene en la ignorancia a Sophie?

FranCo dijo...

Marcos, creo que Déborah según los lectores y amigos de 7Plumas tiene pocas papeletas para salvarse.

Es un personaje al que habrá que hacerle un lifting y reforzarlo, pues de momento está aportando muy pocas cosas.

El único valedor de Déborah es Marcos, y porqué está de muy buen ver.

Marcos ahora que no escucha nadie… cárgatela o déjala vegetal en la clínica durante un tiempo. No le va a doler es un personaje ficticio… Dios lo debe de pasar de miedo jugando con el destino.

¿Pensará Dios que también somos personajes de su macronovela?

Amando Carabias dijo...

¡¡¡¡Noooo!!! Deborah tiene más valedores. Yo, por ejemplo.
Deborah se merece una oportunidad. Es una buena investigadora, estoy seguro, completamente seguro...
La desaparición de los padres de Sophie es una trama mucho más compleja de lo que pensamos, y probablemente, Sophie, aunque es la principal interesada en esta historia, no es la única interesada. Deborah tiene más trabajo del que parece.

Marcos, de todos modos, como ahora estás en el lugar de los hechos, mientras nosotros descansamos apaciblemente saboreando nuestro whisky on the rocks, sabes mejor lo que realmente ha sucedido. Así que nos dirás el domingo... ¿El domingo, falta tanto para el próximo capítulo...?

Marcos Alonso dijo...

Entiendo a María, cuando dice que podemos prescindir de Deborah, pero, y que me van a disculpar que les diga lo que pienso o lo que me pregunto, ¿No será que están celosas, como Sophie, de esa mujer despampanante? Además ustedes tienen al guaperas de Carlos¿y nosotros? ¿nosotros qué? ¿No tenemos derecho a contemplar a un personaje aunque esté se pase todo el día pintándose las uñas? ¿Y si diera una imagen que no corresponde con la realidad? ¿Y si nos estuviera engañando y, en realidad, el personaje está invernando para sorpreendernos más adelante? No obstante creo que mi deber es guiarme por el sentir de todos, pero creo que si le pasase algo a Deborah... No sé, ya no le encontaría sentido a tantas cosas; también sé que está Amy, pero no sé, tampoco sería ya lo mismo.

Cambiando de tema, he vuelto a releer la segunda vuelta y da miedo, qué digo miedo, da vértigo, efectivamente, cada vez veo más calidad y más cantidad.No obstante se me quedan algunas cosas sin lograr aclararlas ¿Me echan una mano? Vamos a ver:

¿Dónde vive Sophie? Sabemos que con su abuela y se fueron de Cramond para Edimburgo, luego cambiaron varias veces de residencia y durante algún tiempo en Granada ¿Universidad?¿Qué estudió exactamente? En los primeros capítulos la vemos cogiendo un autobús, es decir, que no vive en el centro ¿En la periferia? Pero Dácil nos cuenta en la segunda vuelta que desde su antigua casa del s´XIX se ve la bahía, el fiordo ¿de Forth? Por tanto no lejos de Edimburgo "Crucero que iniciaba su entrada".

¿Hay muchos años de diferencia entre Eddy y Sophie? Capítulo 10

¿Qué querrá decir Sophie con "no le (Eddy)interesa que yo esté cerca de su vida o acabará mal como todos los que están a mi lado?

Perdón por la extensión son cosas de los nervios

Ángeles Hernández dijo...

MARCO : Releído, respuestas:

1)
Cap 1: "Vivía a las afueras de Edimburgo",
Inma no deja lugar a dudas en los primeros párrafos de la novela.

2)
Cap 10: "Era un buen chico. Cualquier otro hubiera seguido. ¿Cómo se lo hubiera impedido yo? Tantos años de diferencia, su musculatura...".

Teniendo en cuenta que en varios lugares se dice que "Sophie tenía 14 años" y que ahora tiene 25, Eddy
debe haber cumplido los treinta hace varios años.
Pero en ningún lugar se dice ni su edad exacta ni la diferencia con Sophie, si bien:cap 10 "Todos se habían extrañado de esta amistad... La abuela siempre confió en él " es otro dato que insinúa su diferencia importante.

3.-Cap 10
" él sabe demasiado. Si hasta leyó la carta. No, tiene que desaparecer de mi vida. Pobre Edward, no le interesa que yo esté cerca de su vida o acabará mal, como todos los que están a mi lado".

Amando de nuevo. A tenor de sus palabras YO INTERPRETO que además de sus padres desaparecidos, alguna otra persona más ha sufrido por estar cerca de ella:¿fenómeno paranormal?, ¿A ausa de su mal carácter y escasa capacidad de comunicación?. La respuesta es toda vuestra, y Marcos, tú eres el próximo y puedes elegir.

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Voto por mantener a Deborah. Queda mucho por escribir y al igual que Fran Co ha dado entidad a Carlos dedicándole un capítulo entero, y Ana a Jack, nada impide que cualquiera de vosotros haga lo mismo con la investigadora, muy atractiva de 35 años que casi seguro ha tenido un accidente ¿grave, sólo la chapa, testigo de otro al que tuvo que ayudar y por eso se retrasa?
Hay varios hombres ¿Por qué sólo una chica?.

Tampoco el personaje de Amy está desarrollado, ni los padres, ni Mr James y no por eso van a desaparecer ¿o sí?.

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Como acabo de releer subrayando, hoy tengo la cabeza preparada para más datos, por si alguien estuviera interesado.

Ya que no tengo demasiada imaginación, puedo colaborar en esta empresa con mi gusto por la búsqueda del detalle.
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Un abrazo a todos, también a los comentaristas que son una gozada,
y ¡caramba,!, es verdad que se hace larga la espera hasta el domingo, anda que no quedan horas.

Marcos Alonso dijo...

Muchas gracias Ángeles, es increíble tu capacidad de retener tantos datos, a mí me resulta una misión imposible, a pesar de las numerosas anotaciones, y es que ya esta historia se va engordando.

Bueno pues gracias a tus aclaraciones acabo de terminar el capítulo 13. Reconozco que lo de Déborah ha sido muy duro para mí, no sé si alguna vez podré recuperarme de este mazazo.

Anónimo dijo...

Déborah podría encajar, como amiga-confidente de Sephie, a la que se le encarga hacer una gestión o algo así, pero diez años pagándole para que investigue, es una relación laboral, que de momento no ha dado ningún fruto, que sepamos, sólo tiene "presentimientos", le hecha en cara Sophie.

A mi no me importan tanto los detalles, (por ejemplo: que Sophie tuviese una coleta rubia cuando era niña y ahora fuese morena), es un decir, yo era morena y ahora soy rubia; yo me fijo en los personajes, en lo que aportan al relato, en como se integran en la trama y a Déborah habrá que darle cancha, si es que queréis que siga.

Marcos Alonso dijo...

Pues siguiendo tu consejo he hecho con Deborah lo que se esperaba de mí que hiciera, pero me da mucha pena, de verdad.

Inma Vinuesa dijo...

Marcos no seas cruel con los pobres lectores que esperan con anhelo el desenlace. No nos infundas ideas entremezcladas con diferentes posibles acontecimientos. Apiádate, no de Déborah, sino de los mortales que deseamos impacientes que pasen las horas para leerte y saborearte. Que divertido es el juego cuando se tienen todas las cartas, pillín.
Un beso

Ángeles Hernández dijo...

Ay Marcos, qué bien te lo estás pasando jugando con nuestros comentarios y expetativas.

¿No te das cuenta que en estos momentos eres algo así como un dios capaz de decidir ( o que ya ha decidido) sobre presente, pasado, futuro de los personajes?: creador omnisiente, vaya lujo.

En este caso hemos elegido a Deborah como cabeza de turco, pero me huelo que nos tienes preparada una sorpresa y que nos estás despistando con tus bromas de doble sentido. Estupendo, así se nos hace más corto el tiempo de espera.

Comparto con María el interés por los personajes y su implicación/imbricación en la trama, aunque los detalles tienen su lugar en el ornamento literario y en una lectura más distendida ( si no son tan excesivos que nos hagan perder lo fundamental).

Marcos Alonso dijo...

Pido disculpas por mi actitud un poco bromista y maliciosa. Me pasa siempre que estoy en un ambiente agradable y amistoso. No puedo evitar, en estas condiciones, comportarme como un "machango" como decimos por aquí (Canarias.

Me resulta muy interesante, por otro lado, este debate sobre los personajes, la mayor o menor importancia que tienen en una obra (cine, narrativa, teatro). A veces su sola presencia abarca más que cualquier otro personaje con grandes y extensos diálogos. Creo que Déborah, y he de hablar en pasado (que Dios la tenga en su gloria) era un personaje atraía, quizá por el simple hecho de que estábamos pendiente de ella, casi le gritábamos para que hiciera algo. Es lo menos que se podía esperar en una novela negra que el o la detective protagonice parte de la acción. Sin embargo era tan simpática, con sus bromas, con una coquetería no pretendida que atraía a más de uno y de una (recordemos a Sophie en el bosque hablando de ella) Creo que Sophie la va a echar de menos, necesita un apoyo femenino, no su abuela, alguien mas cercana a su edad, que la entienda, con la que pueda compartir.Y no sigo porque me embarga la emoción.

Ana J. dijo...

Siempre llego cuando ya está todas dichas. Sospecho que no vas a matarla, Marcos, por mucho que digas que te duela haber hecho lo que se esperaba de ti.
Tampoco creo que la hayas desfigurado (antes muerta que desfigurada, ¿verdad?)
Releyendo las anotaciones que haces, Ángeles, es cierto que Eddie debe ser bastante mayor que Sophie (entre 5 y 10 años, tal vez). Sigue escociéndome que un hombre hecho y derecho la dejara sola en el callejón. ¿Qué motivos puede haber para ello? Me devano los sesos para buscar una explicación que no sea la puramente paranomal (una fuerza que le impidiera el paso, a modo de barrera invisible, sería muy socorrida, pero no estoy muy segura de que los tiros vayan a ir por ahí).
¿Alguien ha pensado algo al respecto? Creo que es un aspecto muy importante, sobre todo, si Sophie considera que estar cerca de ella es perjudicial para Eddie.
Solo pensaba en voz alta.
Un beso grande a todos.
Uno especial para ti, Marcos, que nos tienes en ascuas. Cecu.

Ana J. dijo...

Volviendo a lo paranormal, si la has matado vas a tener que resucitarla. O hacerla regresar en forma de ectoplasma sexy para ayudar a Sophie en sus pesquisas, espantar a los inoportunos y dejar el campo libre para que Sophie encuentre el verdadero amor o, llegado el caso, un buen polvo.
Solo una sugerencia de alguien que la llorará

Marcos Alonso dijo...

Me rindo ante tí, Ana. Lo reconozco,pero me ha sido imposible. Sólo espero que a partir del domingo no la odieis.

Con respecto a Eddy y la explicación que justifique que no socorriera a Sophie, se me ocurre (no lo tengo claro) a que presentía o sabía que allí había alguien , no con más fuerza sino con más autoridad que él, que le inspitaba respeto.

Se me olvidó comentar antes que en el primer capítulo de Inma, comentaba que Sophie era algo autista y por eso se imaginaba peronajes fantásticos (tendrá que ver con las siluetas..)y escribía cuentos. Crees ana que también esos cuentos y personajes fantásticos estaban en el cuaderno?

Ángeles Hernández dijo...

Por echar una mano a Marcos y aprovechar el trabajo de esta tarde:

CAP 1

"había construido un mundo en su mente que alimentaba con cuentos y personajes imaginarios, un mundo que solo conocía ella y que le había regalado la etiqueta de autismo sin diagnosticar, etiqueta que en el fondo le interesaba conservar para que la dejaran en paz"

Marcos Alonso dijo...

Efectivamente, Angeles, me refería a ese párrafo, quizá no lo hemos explotado suficiente como Inma había propuesto en los inicios de esta historia.

FranCo dijo...

Ángeles, ese párrafo lo hemos olvidado. Pienso que le hemos dado una transformación a Sophie muy visceral y en casi todos los capítulos no aparece ese autismo, ni se refleja.

Ana J., con respecto a Eddy y podría ser simplemente que es un cobarde. Desde el inicio de la novela lo veo de esa manera. Un tipo en la ventana esperando la oportunidad de acercarse otra vez a Sophie, que no la aborda desde que tiene otra vez conocimiento de su existencia, que prepara todo un escenario para seducirla. Ello le confiere, bajo mi opinión, un perfil de inseguridad, de no dominar las distancias cortas. Un tipo de músculos, sin cerebro y mal follador, como apunta Sophie. Solo lo salva su buen corazón. Es un arquetipo.

Inma Vinuesa dijo...

Perfecto FranCo no lo has podido definir mejor, justo así era el Eddy que yo me imaginé:
"Eddy se esmeró al máximo en todos y cada uno de los movimientos que ejecutaba", premeditado, inseguro, miedo al fracaso.
Touché has dado en el clavo desde mi punto de vista.

Anónimo dijo...

Vale, Déborah se queda, pero, por favor, ponedla a trabajar, que haga algo digno de mención además de coquetear.
En cuanto a Eddy, la primera vez que apareció, yo lo imaginé como un tipo solitario, que no tiene vida propia y se dedica a vivir la de los demás espiándoles; luego cuando supe que eran amigos de la infancia, pensé, lo normal habría sido, en el momento que la reconoció por la voz, buscarla de inmediato y no esperar el momento oportuno para abordarla, así que me inclino por un tipo raro o poco claro.

Amando Carabias dijo...

Respecto de lo que se ha dicho de Sophie es algo que intenté rescatar en el capítulo 10, esa fuerza que el interior del personaje tiene en su propio devenir, por así decir.
Lo de Eddy me parece que va por el camino de FranCo, aunque también tengo otra opción: aquella voz era conocida por ambos. Si la niña Sophie acudió a aquella llamada era porque no era desconocida, e incluso siempre he pensado que era muy conocida, y esto mismo es lo que a Eddy (además de alguna otra posible cuestión como algo de miedo) le impidió adentrarse en el callejón. Además, tal y como me lo imagino, creo que todo fue bastanta rápido. Eddy va a Edimburgo intentando seguir a Sophie, pues de algún modo se entera de que ha regresado de Granada, pero hasta que no está muy seguro de quién es no se atreve al primer encuentro. Si se llevan unos diez años, reconocer su enamoramiento (aunque pueda ser enfermizo) no tuvo que ser fácil.

Anabel dijo...

Pues a mí me ha descolocado eso que decís de que Edward es mayor que Sophie. Yo lo había imaginado casi de la misma edad, de hecho, iban juntos al colegio. Bueno, reestructuraré mis conceptos.

También me imagino a Ed como un cobarde, no es un mal tío, sólo un miedica corroído por un sentimiento de culpabilidad durante estos años por no haber podido ayudar a Sophie. Aunque también cabe la posibilidad de que Sophie no le haya dejado ayudarla.

Desde mi perspectiva, la voz del callejón es muy conocida, sobre todo por Sophie, por eso entra en el callejón tan decidida. Ya he dicho alguna que otra vez que mi idea no era nada paranormal en un principio, pero a ver en qué circunstancias llega mi turno y veremos qué hago.

Estoy convencida de que Marcos no ha matado a Deborah. Seguro que le ha dado un empujón, un giro importante al personaje. No nos engañas, querido Marcos. Pero para descubrirlo vamos a tener que esperar hasta el domingo...

Saludos,

Anabel, la Cuentista

Marcos Alonso dijo...

Anabel, comienza a preocuparme eso de que me conozcan tan bien, ya no engaño a nadie, seguro que ya te has percatado de lo de los extraterrestres y el bosque de Hillwood.

Abrazos

Anabel dijo...

Te juro que ni siquiera los había olido. ¡¿Estraterrestres?!

¡Santo Dios!

Adelante, Marcos, pónmelo difícil. Que no se diga que me achico ante los temporales.

Un abrazo, profe.

Marcos Alonso dijo...

Pero hay un problema, Anabel, la tradición ha querido que los extraterrestres, casi siempre, sean vegetarianos, en cambio, estos, que son atraidos conociendo el lado granadino de Sophie, son unos fanáticos de Jamón Ibérico, de hecho confunde los pensamientos de Sohie, cuando piensa en el cerdo de Jack Donaldson,desde ese momento perseguirán desesperadamente y con apetito a su Jefe por toda Escocia.

Ana J. dijo...

Pues prefiero una invasión extraterrestre, aunque abduzcan a Jack y se dedique a perseguir marcianas cojas, que un Edward cobarde, por encima de todo.
Vale que la misma Anabel así lo describe: "...Quería penetrar en el callejón, sacar a Sophie de allí, pero tenía tanto miedo que incluso sus gritos llamándola resultaron tan escasos como la luz del farol. Se le ocurrió ir a la policía o a casa de Sophie a avisar a sus padres o entrar a buscarla…"
No me cuadra. Sobre todo, por la edad. En eso coincido con Anabel. Es más comprensible que un chico de 14-15 años sienta miedo y no sepa qué hacer que un hombre de 19-15 años
Además, ¿cómo es que Sophie siga recordándolo con cariño?, atracción? después de lo sucedido? Me remito al capítulo de Inma: "¡Quién podría olvidar esos ojos grises!...
Eddy siempre había sido el hombre que podía hacerle traspasar la barrera de la introversión y el aislamiento, era el que sabía abrir su impenetrable caparazón, el que le transmitía la sensación de sobreprotección más placentera y sensual, y el que había ejercido de amigo, padre, consejero y primer amante en su adolescencia..."
Creo que tenemos que trabajarnos este aspecto para darle coherencia.
Tal vez, la clave esté en "(hasta ese fatídico día)". Pero sigue sin ser comprensible, para mí, esa atracción por quien te deja tirada en el peor momento. Tiene que haber una razón importante, y que Sophie conoce, para ello.
Ya sé que de algún modo se ha apuntado por aquí, pero es que no paro de darle vueltas a los cabos sueltos que vamos teniendo.

Anónimo dijo...

MI OPINIÓN COMO LECTORA DE UNA NOVELA DESCONOCIDA.
La protagonista es Sophie, una chica de 25 años, con un defecto físico desde su infancia, (no sabemos si de nacimiento), que le produce una ligera cojera, un pasado difícil, o traumático, pues sus padres desaparecieron cuando apenas tenía 15 años, vive con su abuela. Todo esto la ha hecho una persona retraída y tímida, pero le gusta observar a los demás y pasar desapercibida. Tiene un cuaderno, del que no se separa, lleno de anotaciones y recortes de prensa.
Trabaja en una multinacional, donde tiene un jefe que, parece el prototipo de acosador sexual, y que tiene fijación con ella.
Un día conoce a un español buenorro y saltándose su habitual distanciamiento de los demás, entabla una conversación con él, que la lleva a trabajar (sin cobrar) en un programa de radio, en la emisora de la que es dueño, y que escandaliza a toda la ciudad.
La desaparición de sus padres, lleva a su abuela a cambiar de domicilio, lo que hace que Sophie, tenga que separarse de su amigo íntimo, Edward, el único que la entiende de verdad, ya que presenció el hecho que cambió la vida de Sophie, de regreso a casa, una tarde, oyen voces desde una callejuela que llaman a la chica, ella corre a la llamada, a pesar de que él intenta detenerla, pero no lo suficiente para que ella entre en el callejón del que sale malherida y traumatizada.
Diez años después, Edward la reconoce por la voz, escuchando el programa de radio y va a buscarla, la encuentra, pero no se presenta de inmediato, sino que se dedica a observarla, cuando ésta pasa bajo su ventana de camino a casa.
Por fin se decide a abordarla y su produce el encuentro, lleno de nostalgia por el tiempo pasado, pero lo que hubo entre ellos, ya no es lo mismo, se dice Sophie.
Desde la desaparición de sus padres, Sophie intenta encontrarlos, para ello contrata a una investigadora, Déborah, de la que termina siendo amiga, pero que a pesar de llevar diez años buscando, no ha encontrado nada todavía.
Sophie tiene algunas pistas, una carta de su madre, que guarda en una caja, junto con otros recuerdos de infancia, el trabajo de sus padres en la Universidad, sobre temas más o menos paranormales y un profesor amigo de éstos, que la ayudó a ir a estudiar a España.
Luego están esos fenómenos extraños que ella siente siempre que pasa cerca de un callejón mal iluminado y que no sabemos si son reales o imaginarios, aunque parece que alguien más los ha sentido.
Esto es en síntesis lo que yo entiendo, las edades de los personajes que tanto os preocupan, yo en principio me imaginé a Edward un poco mayor que Sophie, pero no mucho, a Carlos cuarentón, podría ser, el jefe da igual, los tíos que son babosos lo son a cualquier edad.

Perdonar la extensión, pero he querido contar, lo que yo he leído, aunque vosotros hayáis escrito otra cosa.

La Esfera dijo...

Pues yo creo que has leído muy bien. Es una síntesis estupenda y que da un sentido de coherencia a todo lo que llevamos escrito.
Muchísimas gracias, María.

Amando Carabias dijo...

La verdad es que llevo un par de días, un poco ajetreados. Luego espero volver con más calma a los otros blog y allí comentar, que hay mucho y bueno que leer...
Pero no puedo por menos de venir hasta aquí antes de cerrar el ordenador, para darte las gracias María por haber leído lo que llevamos de novela con esa claridad. Creo que hemos leído lo mismo. Quizá haya matices, pero al fin y al cabo se trata de un resumen.
Tu comentario, además, a mí por lo menos, me aporta una información sustancial desde el punto de vista del lector-lector. Quiero decir, por mucho que en seis séptimas partes yo también sea lector, no puedo ocultar que mi visión no es la misma.
Este resumen que haces, además, me impulsa a creer otra cosa, y es que la novela tiene más unidad de la que puede parecer. Estoy seguro de que dentro de un tiempo, será difícil de explicar esta unidad interna del texto si antes se ha explicado que son siete los coautores.
Y creo que has leído prácticamente lo mismo que hemos escrito.

Isolda Wagner dijo...

Iba a contestar a María, pero veo que la esfera se ha adelantado. Me parece un resumen perfecto y es lo que hemos leído todos.
No creo que haya que preocuparse excesivamente por los pequeños datos. Más adelente, si se incurre en contradicción o simplemente, cuando se corrija, vosotros mismos podreis eliminar, incluir o retocar el trabajo.
Sigo admirada de la capacidad de integración de las 7 plumas.
7 besos.

Ana J. dijo...

Al hilo de lo que comentaba Isolda, hace tiempo que quería plantear esto: ¿sería posible o, incluso, bueno, que abriéramos un pequeño debate acerca de las fechas y edades y que reformásemos los capítulos necesarios para conseguir una mayor coherencia?
Todos los escritores lo hacemos, revisamos lo escrito y, si vemos alguna fecha o algún dato disonante, lo corregimos. No creo que eso fuera algo que afectase la esencia del relato (novela escrita a siete manos sin previo pacto de la estructura, argumento...) sino una consecuencia lógica de la relectura y de la integración de las opiniones de todos, escritores y lectores.
Creo que cada escritor debería exponer su punto de vista, fundamentalmente los que escribieron las partes en que se habla de edades y fechas, y concretar si se quiere o no modificar algo.
Algo que nos ha traído tan de cabeza como los diez años que lleva Déborah contratada (¡si hasta queríamos matarla por ineficiente!!!) podría solventarse con el simple cambio de "diez" por otra cifra menor.
Evidentemente, esto solo es una sugerencia, algo para reflexionar juntos. Sé que podemos seguir con el relato y que este sea coherente sin cambiar nada pero necesitaba hacer la propuesta.

Inma Vinuesa dijo...

Ana, mi opinión es que no creo que en este momento sea necesario hacer retoques, lo de Déborah no es tan difícil de imaginar, podría ser una amiga de la familia (padres, abuela y Sophie), y la desaparición les hubiese llevado a emprender la búsqueda conjunta de la verdad, la frase de Sophie llevo 10 años pagándote,esperando una respuesta, puede ser una frase hecha, sin más,
no creo que necesite una modificación, puede ser la típica frase "para eso te pago", y quizás ni le pague.
Una vez que la novela esté finalizada o a punto de finalizar sería más prudente, antes de tomar ninguna decisión, revisarla, podría ser un buen momento para reunirnos todos y conocernos en persona.
De momento tiene el encanto de que estamos aceptando íntegramente todo lo que escriben los demás, eso es importante, muy importante, demostrar respeto por las revisiones y las ideas propuestas de los compañeros.
Diferente sería si fueran datos totalmente discordantes entonces si hay que cambiarlos, pero, hoy por hoy, todo puede ser creíble.

Dácil Martín dijo...

La verdad, me ha resultado divertidísimo la lectura de los comentarios. También los resúmnes elaborados por María, Ángeles y los demás. En cuanto ajustar los tiempos, en particular los 10 años de Deborah, como pueden comprobar ahora en el capítulo 13, siempre hay detrás una explicación. La historia al final encaja por sí sola.