31 oct 2010

Capítulo 53

La oscuridad caía en Edimburgo, era viernes y La Dama de la Callejuela había desaparecido de las ondas. Su magia se había difuminado tras varias repeticiones del programa. La ciudad parecía haber quedado huérfana. Fría. La destemplanza poco a poco se adueñó de los fieles seguidores de la caliente Dama. El fuego despertado por el programa se había consumido, pero quedaba una tenue lumbre que mantenía en algunos oyentes la esperanza de sintonizar un viernes Radio Britannia y volver a escuchar a su Dama resucitada. Que su voz volviera a imponerse sobre la monográfica programación musical emitida constantemente y sobre la ciudad. Los medios que llevaban el seguimiento y realizaban periodismo rosa en torno al circo generado por el programa, publicaban conjeturas tan dispares como que La Dama había muerto o que un loco la tenía secuestrada por amor.

Walter, con una parafernalia propia de un ritual masónico,
.../...

27 comentarios:

Ángeles Hernández dijo...

Enigmático capítulo en unaprimeralectura, la rápida, mezclada con la desatención del sueño que cierra los ojos.

Escobedo no sabe donde está Sophie, está cabreado y Walter lo cabrea aún más.

Sapo aterriza, Sapo que puede dar alguna noticia, aunque ¿qué es lo que sabe exactamente Sapo de Sophie?
Su entrada a la fuerza en el local es por alguna razón concreta-dar o pedir información, o sólo quiere tomar una copa en el lugar de siempre?.

Mañana más.

UN abrazo desmadejado por el sopor Á.

Ana J. dijo...

¡Qué buen capítulo, FranCo, qué bueno!
No podíamos dejar el programa colgado y sin que nadie se hiciera eco de ello. La gente se pregunta por lo que ha pasado, igual que nosotros.
Por un momento me sentí pegada a un receptor de radio, decepcionada por escuchar un programa repetido.
Me gusta esa forma de relacionarse entre Carlos y Walter que tú, como nadie, eres capaz de manejar.
Ha sido un gran acierto que retomes el tema de los auriculares para consolidar lo que ya Anabel nos mostró y ahondar en que todas las personas pueden tener capacidades psíquicas modificables y que Sophie está especialmente dotada para ser receptiva a esos estímulos que pueden modificarlas. Y cómo puede conseguir no sólo modificar las percepciones sino las actitudes y hacer que una chica casi autista se convierta en una desinhibida locutora que enciende a toda una ciudad.
Para mí, explicar esto (influencia del placer-displacer) era más difícil que infiltrarme, a lo Deborah, en Purplestone. Y no voy de coña.
No creo que Sapo vaya solo para tomarse una copa, no en vano ha custodiado mucho tiempo a Sophie y, por fuerza, tiene que saber a quiénes tenía que vigilar con más cuidado. No creo que Deborah lo hiciera acompañarla a la radio y nunca se preguntara por qué, ni que jamás viera a Escobedo. Aunque parece tonto (el físico muchas veces condiciona lo que incluso los padres de la criatura piensan de una persona), no puede serlo tanto. Puede que no sea muy brillante, que sea un bruto, pero algo se le ha quedado de los tejemanejes en los que estaba metida Sophie, sin saber.
En resumidas cuentas, que me ha ENCANTADO este capítulo, que me quedo temblando en pensar lo que me queda pero que creo que me has dejado un buen final donde agarrarme y seguir. Cruzo los dedos.
Enhorabuena, FranCo, y gracias.
Un abrazo gigante para ti y muchos más para el resto

María dijo...

Otra puerta que se cierra. El cese repentino del programa de La Dama, la gente espera, la prensa especula, pero Escobedo, confiesa abiertamente, que no tiene ni idea de donde esta Sophie. Todos sus experimentos se han ido al traste. En el fondo para él, Sophie era sólo eso, un experimento.

Las conversaciones entre Carlos y Walter, son de manual, perfecta la estrategia de uno y otro. Esta parcela de la novela, la dominas como nadie. Se nota que te gustan estos dos y disfrutas con su tira y afloja. Magnífico.

Y Sapo, que entra por la fuerza pistola en mano...

Mercedes Pinto dijo...

Evidentemente, la intención de esta entrega es revelarnos que detrás de la actuación de los viernes en Radio Birmania de Sophie había mucho más; que Carlos aprovechaba su curiosa representación para llevar a cabo unos experimentos cerebrales, seguramente guiado por el equipo de investigación encargado del tema. Con este capítulo, las apariciones en la radio de la protagonista y la relación con su jefe cobran mucho más sentido, yo diría que cobran sentido. Muy hábil la manera de conectar el don de Sophie con su particular trabajo en la radio y Escobedo. Por lo demás, creo que, también con buen juicio, Franco ha aprovechado la coyuntura para afianzar la complicidad de Carlos y Walter, además de dejar el capítulo en un momento muy interesante para la próxima pluma, que tendrá a los tres personajes secundarios más importantes de la obra juntos en la misma escena a un paso del final.
Hay algunas erratas y deslices en la construcción de los diálogos, pero estos descuidos son secundarios, y seguro que cuando llegue el momento de la corrección serán subsanados.
Te felicito, Franco, bajo mi punto de vista, tu capítulo ha contribuido a que el conjunto de la obra adquiera cuerpo y credibilidad.
Siete abrazos.

Mercedes Pinto dijo...

Perdón, he tenido un lapsus, no es Birmania, Britannia.

Amando Carabias dijo...

Un capítulo en el que nos muestras, FranCo, lo bien que conoces a Walter y Carlos Escobedo. Un capítulo en que, como ya han señalado, se explica, por fin, la razón última del programa de radio y el lector (que ya sospechaba algo desde el capítulo de Anabel) comprende la importancia de los auriculares, y se confirma que el cerebro humano es el órgano que menos se conoce, por obvias razones.
La reaparición de Sapo, nos devuelve a la acción. Sapo que viene huyendo de unos perseguidores que en realiad no existen, creo que aunque necesite una copa, no es lo que más necesita. Ha ido al lugar donde tantas veces ha estado Sophie, para ver si alguien sabe algo de ella. Me da en la nariz, aunque eso es arriesgar más de la cuenta, que en realidad viene a pedir cuentas. Dices refiriéndote a él: Los ojos de Sapo estaban bañados en ríos de sangre y se le intuía que sujetaba mediante riendas invisibles un estado nervioso y de ira contenida". Esta frase por sí sola explica muy bien sus intenciones más o menos ocultas.
Enhorabuena, nuevamente.

Flamenco Rojo dijo...

FranCo, te puedes quedar con la conciencia tranquila y la convicción del trabajo bien hecho…el de escritor digo…ahora te queda, una vez terminada, revisada y buscado título a la obra, otro arduo trabajo…el de la publicación y difusión de la novela.

Un abrazo.

Isolda Wagner dijo...

En este capítulo lo que prima es la incertidumbre de los tres hombres, sobe el paradero de Sophie. Lo demás es anecdótico y bien traído, por algo es una novela. Me gusta el pulso entre Walter y Escobedo frente a sus respectivos wiskies.
La entrada de Sapo en el pub, no es casual, viene con y, en busca de información.
FranCo, te felicito. Has cumplido tu sueño, que pronto será realidad.
Un beso para ti y otros seis.

FranCo dijo...

Ángeles, Ana, Amando, María, Mercedes, Isolda.... muchas gracias por sus palabras. Todos aciertan en su conclusión de que Sapo no llega hasta El Viejo Diván solo a tomar una copa. El busca y está preocupado por Sophie y sabe de la existencia de Escobedo y de su amistad con Walter. Busca respuestas, desconfía de Escobedo y cree que entre ellos está la respuesta. Está fuera de control.

FranCo dijo...

Mercedes es cierto que existen algunos erratas y errores gramaticales. No he tenido tiempo de pulir el capítulo. Lo dejo reposar, como hago siempre, y le paso la lijadora para que esté suave y terso. Quería cumplir y tenerlo publicado en la hora habitual.

FranCo dijo...

En el capítulo traté de explicar la transformación que había tenido Sophie, pues pasó de una chica casi autista a dominar a una cuidad. Me parecía desde hace muchos capítulos que merecía una explicación.

El programa de radio tampoco podía quedar en el candelero. Había creado mucha expectación y no podía morirse de la forma que lo hemos olvidado.

En referencia al escenario que se nos presenta con los tres personajes juntos, me pareció una buen idea. Tenía dos opciones: Que allí hubiese una muerte tras un forcejeo y que cayera Sapo o Escobedo, resolviendo alguna de las subtramas. Esta opción me pareció poco acertada. Nunca estoy de acuerdo en resolver en una novela matando a alguien. Es lo más fácil. Y la otra opción era que Sapo se llevara secuestrados, condiciendo Walter su coche, a Escobedo y al barman, y que los encerrara en un zulo. O lago similar.

Me pareció más oportuno dejarle el “problema” a la siguiente Pluma (Ana J.)

FranCo dijo...

Flamenco, gracias por tus palabras. Casi estamos en la línea final de meta. Pero hay que cruzarla. Y tras ello saber digerir lo realizado.

Tras este tiempo, han salido otras opciones de edición. Les mantendremos informados.

Pero me quedo, sin lugar a dudas, con lo logrado en el ámbito de la amistad que se ha forjado entre todos nosotros. Cambio cualquier edición, novela, éxito, etc, por el grupo de amigos que ha nacido entorno a este proyecto. Solo por ello ha valido la pena estos meses. GRACIAS

Ángeles Hernández dijo...

"- ¿Esta noche tendremos Dama?
- ¡Jodido camarero! No me gusta que te hagas el tonto.-
-¿Qué sabes de ella?-
Escobedo era consciente que Walter ya había puesto sobre la mesa muchas cartas y que ahora esperaba una contrapartida, que en este momento debía de mostrar cartas o renunciar a la partida.
-Walter, no tengo idea de donde se encuentra Sophie. No tengo la menor pista. Voló de mi control. Algo ha salido mal........
.....¡Joder! ¡Que te digo que ha escapado de mi control. Que no se nada de ella, ni de su paradero hace días! Carlos Escobedo por primera vez entendió que el asunto se le había escapado de las manos...."
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Esgrima verbal, conversación plagada de provocaciones e ironías. Walter y Carlos no son amigos, pero los dos son hábiles zorros y necesitan la información que el otro pueda darle, arriesgando lo mínimo.

Las preguntas del barman conducen a Carlos reflexiónar sobre su fracaso con Sophie y nos confirman los experimentos que ya se habían perfilado en otros capítulos: controlar el pensamiento, primero de Sophie pero ¿quién sabe si este no sería el inicio de un proyecto para un lavado de cerebros más colectivo?

Ángeles Hernández dijo...

...cont...

O sea que lo de Carlos y Sophie parece una trama absolutamente diferente a la historia de sus padres, M15, Purplestone, etc etc. Únicamente su privilegiado cerebro (que por ser parientes, o por Esobedo padre conocía) le interesaba para facilitar sus experimentos.
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SAPO
“por favor solo una copa, será rápido” , inicia amablemente su intento de acceder al local a pesar de que su aspecto sugería ira contenida.

Ante la negativa y desprecio de los dos "chulitos", actúa a su manera, rompiendo la puerta con la culata y amenazándolos con la pistola.
Su rapidez y agresividad deja a los otros petrificados. No esperaban eso de un ser tan anónimo y teoricamente inofensivo.

Lógicamente una actitud tan violenta no está justificada por el hecho de querer tomar una copa
-¿Busca a Sophie?, entonces va mal orientado, en el viejo divan no saben nada de ella.
-¿Quiere conseguir información sobre los documentos que dejó para escanear y que han desaparecido? entonces quizás Walter pueda contarle algo.

Aunque quizás sólo la ira y la rabia le han conducido al lugar frecuentado por "sus chicas"
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Ángeles Hernández dijo...

...cont...

Sapo ha llevado a Sophie a la emisora al menos una vez, creo que el día que llegó tarde. Además era su guardaespaldas, por tanto conocedor de sus movimientos.
Como confidente de Deborah es también probable que conociera a Escobedo.
Lo de Walter está menos claro.

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Tensión, conversación creíble entre dos personajes diestros y cínicos, conocimiento de lo que Carlos sabe ,siente, y pretende conseguir, sorpresa, intriga...

Todo eso, FranCo, nos has dejado en este capítulo bien diseñado, ágil, interesante, con maestría en la prosa...

Mi comentario de anoche no fue muy acertado, debí dejarlo para un momento más lúcido.

ENHORABUENA, por la entrada y por el desarrollo tan satisfactorio de este proyecto, que a pesar de ser de los siete, es fundamentamente tu apuesta.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Otra vez me precipité. He colgado mi largo comentario sin haber leído los últimos de FranCo.

Nos has dejado con la miel en los labios respecto a los nuevos proyectos editoriales de esta novela: cuenta, cuenta.

Y...estoy absolutamente de acuerdo en que uno de los mejores resultados obtenidos ha sido este ambientillo que hemos llegado a crear entre todos, además del aprendizaje que para todos ha supuesto, al menos para los que os hemos seguido con los cinco sentidos, cada miércoles y domingo.

FranCo dijo...

Ángeles, hoy vuelve a florecer tu lucidez, existen momentos que el cansancio nos puede.
Apuntas muchas cosas interesantes. Esperemos por el resto de contertulios, ellos nos pueden aclarar muchas cosas, cero que más que yo. Pero es cierto que Sapo conocía a Escobedo y de su relación con Sophie.

No creo que Sophie le comentara a Sapo los pormenores de su relación con Escobebo, pues ni ella misma lo sabía. Hablamos de que su conducta estaba poseída. Estaba modificada

Amando Carabias dijo...

A mi modo de ver, Ángeles, si Sapo era el guardaespaldas de Sophie, y Sophie iba casi todas las tardes a El viejo diván es obvio que conocía a su camarero, y es probable que en alguna ocasión hubiera visto por allí a Escobedo que era otro habitual, como sabemos.

Ángeles Hernández dijo...

Claro Amando:

Sapo va al lugar donde iban sus chicas, desesperado a la búsqueda de información de los fijos del lugar, Carlos y Walter sobre todo.

María dijo...

Si lo he entendido bien, cuando Sapo, irrumpe en El Viejo Diván, aún no sabe que los documentos están en manos de la policía, por lo tanto Sophie no los ha recibido.
Él llega huyendo de sus perseguidores y creo que no ha tenido tiempo de pasar, por donde dejó los papeles, a recoger el comprobante del envío.
Así que yo entiendo, que Sapo llega allí, buscando donde refugiarse, pero al encontrarse la puesta cerrada y no querer Walter abrirle, entra por la fuerza, pistola en mano, pero no creo que quiera matar a nadie.
No sabe donde está Sophie, pero si sabe que esta bien, pues ha recibido en mensaje de ella con instrucciones sobre los documentos.
Esa es la conclusión que yo he sacado, igual estoy equivocada.

Marcos Alonso dijo...

Para no variar, llego tarde, después de bendecida la mesa. Reconozco que soy un listillo, a pesar de haber leído el texto ayer he preferido esperar por los jugosos comentarios de los demás y del propio autor para evitar no dar palos de ciego, no puedo remediarlo.

Franco nos vuelve a deleitar con un sabroso capítulo, con esos ingredientes característicos de su estilo: una escritura ágil y precisa, con la que desnuda a sus personajes y transparenta su alma. Él más que nadie sabe tratar a Carlos Escobedo y jugar con la tensión en su relación con Walter. La distensión siempre la proporciona las copas, el güisqui escocés como no podía ser de otra manera, y se mantiene una relación de amistad-competencia muy bien simbolizada por el juego de cartas siempre presente.

Es un capítulo que le da continuidad a los anteriores y se vuelve resolutivo, con él cierra a cal y canto Radio y nos aclara de forma definitiva lo que ya Anabel nos había hecho sospechar: se trataba de experimentar sobre la posibilidad de modificar la conducta de Sophie. Desde luego que FranCo lo hace de una manera más que convincente. No sé cuantas veces he leído ese párrafo que nos explica las bases del experimento, sin lograr entenderlo del todo pero con la convicción de que FranCo ha estudiado Psicología en la Universidad Harvard. Quedan algunas preguntas que el lectior se puede hacer y que permite que éste siga proyectando la novela en su imaginación: Si el propósito de Carlos era comprobar la validez de su método ¿Por qué arriesgarse ante el gran público y la segura investigación por parte de la policía y los periodistas? ¿Estaría experimentando con la posibilidad de influir también sobre el público a través de los poderes de Sophie? Desde luego esa sería un arma muy poderosa y codiciada por los ejércitos (guerra psicológica), los políticos (elecciones) o las empresas (dominar el consumo) Ya me imagino desde algún instituto de investigación en Argentina con un nombre de un famoso escritor alemán (por ejemplo), y ciertamente existen, como esos estudios llevaban años investigándose a partir de los experimentos nazis sobre el control de las masas a través de la radio y la guerra psicológica, en eso Goebbels, ministro de propaganda nazi, era un genio.

La importancia de este capítulo parece crucial, en cuanto que permite que nuestro ya simpático Sapo siga en la historia, y ahora con una posible conexión entre el MI5, los Lobos suizos y Sophie. Es un pase magistral para que nuestra amiga Ana J. haga una de las suyas dentro del área.

Enhorabuena FranCo.

Amando Carabias dijo...

A mí modo de ver, María, efectivamente aún no sabe que los papeles no han llegado a Sophie. Pero puede sospecharlo, aunque su lentitud de pensamiento es un lastre para llegar a esa conclusión. Lo digo porque, precisamente se inicia la supuesta persecución ocurre en la calle del estanco donde había hecho su encargo. Así acaba el último capítulo de Dácil:
"Se le había hecho tarde, corría el riesgo que cerrara el estanco y avanzaba a paso ligero. Al doblar la esquina había dos coches esperándolo, uno en cada extremo de la calle. No parecía que hubiese escapatoria. Caminó directamente hacia uno de ellos haciendo que no los había visto, y saltó inesperadamente al techo del coche. Los que estaban dentro no supieron la dirección que había tomado, tras arrancar y observar que la gente señalaba al Sapo, de pie y sobre el techo, fue cuando este bajó al suelo para robar una moto y salir pitando...

Por otra parte, creo que él sabe que El viejo diván es territorio vedado para quienes le persiguen, y además allí puede encontrar información.
De todos modos sobre esta cuestión, quiero decir si Sapo llega al bar para refugiarse, para pedir información o para ambas cosas, quizá se resuelva más adelante.

Anabel dijo...

¿Quién dijo miedo?

Menudo capítulo, Francisco.

Estupendo en su desarrollo y conversación entre Walter y Escobedo, perfecta explicación de todo lo concerniente al programa de radio y trepidante final.

Tú capítulo ha resultado crucial.

Mi más sincera enhorabuena.

Saludos

FranCo dijo...

Marcos, Anabel, muchas gracias por la acogida que le dispensan a este capítulo de transición. No quería meterme en ningún barrizal.

FranCo dijo...

Oído cocina para Ana y Marcos. Desde el inicio de la novela existe algo que me trae de cabeza y que no se ha podido cerrar en la novela. Son esos sueños, visiones e imágenes en algunos casos que tiene Sophie y que no le encuentro explicación.
Creo que tras explicar el experimento que llevaba a cabo Escobedo con Sophie, intentando controlar su mente y manipulando en ella, se presenta una buena oportunidad para darle explicación al hecho anterior. Podría ser fruto de imágenes introducidas, creadas, interferencias con recuerdos, mal funcionamiento cognitivo a algo similar. Pienso que la ocasión la pintan calva para cerrar esa puerta.

No he dejado de pensar en ello y en buscar una solución, cuando se me ha encendido esa luz y quería compartirlo con ustedes, por si les parece interesante.

Inma Vinuesa dijo...

Por fin consigo conexión a internet. Qué decirte FranCo que no te hayan dicho ya, que me ha gustado, es evidente, sigues dándonos tus pinceladas sorpresivas en esta relación barman-Escobedo.
Y en segundo lugar pensar que este proyecto sigue hacia su fin con todas las plumas en su sitio.
Mi enhorabuena, te estamos perdiendo dinero con todo lo que escondes y que nos das a poquito.
Eres un genio, vales muchísimo, siempre me impresionas.
Un abrazo

catherine dijo...

Lo leí rápido cuando pareció, tan rápido y yo tan torpe que no reconocía el estilo de Ana, pensaba que le tocaba a ella el capítulo. Porque los capítulos se enlazan muy bien pero reconozco aún más que al principio el estilo de cada uno.
De los auriculares me queda una duda. En su última participación en el programa la Dama Sophie hace lo que le da la real gana. No me acuerdo si rechazó los auriculares.
Es siempre un placer volver al Viejo Divan, Sapo no me va a discrepar. ¡Cuidado! con la ira del Sapo.
Enhorabuena, FranCo por el capítulo y sobre todo por el proyecto 7Plumas.
Besos a los Plumistas y comentaristas.
Ánimo, Ana, que ahora te toca a tí de verdad.