Provocando

Ayer compartí un café con Ana J., tras varios meses sin hacerlo y hablamos como no podía ser de otra forma de la edición de la novela

Le compartí que pretendía salir con una portada de Oscurece en Edimburgo más provocadora, menos neutra… y ambos coincidimos que teníamos que destacar sobre la marea de novedades publicadas. Le confesé que desde hace tiempo pensaba incluir en la portada un pie deforme, y ella, tras intentar visionarlo, me dijo que le parecía que se salía de contexto. Así que, me propuso realizar un nuevo concepto de portada en la que aparecieran unas piernas desnudas con tacones y un pie deforme, frente a un micrófono con un ventanal a una callejuela de la ciudad. Yo le dije que perfecto, pero pensé “a mi me gustaría ser el Rey de Jordania y tener un harén de mujeres, pero mantener mi celibato y mis creencias religiosas protestantes”

Lo dicho, que trataré de meter ese elefante en un seiscientos. Ello, nos demorará algún tiempo más y no respondo del resultado. Soy aprendiz de todo y maestro de nada. Pero vale la pena intentarlo. 

¿Alguien conoce un ilustrador capaz de torear en esa plaza y por amor al arte?
Al toro por los cuernos.