30 jun 2010

Capítulo 18



Escobedo apartó la mirada del periódico y la plantó sobre el papel doblado en forma de díptico que le acercó Walter a la barra. Seguidamente buscó los ojos del barman, que ya los tenía puestos sobre los suyos. Dos titanes de la psicología enfrentados, cada uno buscando algún gesto en el otro que le proporcionara información. Walter era perro viejo, conocedor de casi todos los movimientos de sus clientes. Hombre discreto, profesional de la hostelería. -Yo soy camarero. Llevo treinta años de pie en este viejo diván-Se jactaba de decir. No entendía como había personas que despreciaban la profesión de camarero y siempre pensando que sería algo pasajero. La mirada de Walter bajó antes, pero solo por estar en una situación desventajosa, Escobedo era el cliente. Walter se volvió para servir una pinta y Carlos tratando de no mostrar sorpresa guardó la nota en el bolsillo de su solapa sin leerla...

.../...

40 comentarios:

Inma Vinuesa dijo...

Agradable capítulo, me gusta. Buen encuentro entre Carlos y Deborah, nueva puerta abierta, en la segunda lectura te comento más cosas.
¡Que dos personajes Carlos y Deborah!
A Marcos, Anabel y Ana se le tienen que estar cayendo la baba leyendo este capítulo, se los has dejado a tiro para que se explayen de lo lindo.
Bien FranCo, muy bien.

catherine dijo...

gracias FranCo, me puedo ir de vacaciones con el capìtulo y pensar màs en estos dos personajes intrigantes en el doble sentido de la palabra.
Muy agradable leer este encuentro telefònico y el retrato del camarero precioso, todo un profesional el Walter.
Bravo, besos a todos las Plumas. Encontraré màs sorpresas de un tiròn a mi regreso, serà una experiencia interesante.

Mercedes Pinto dijo...

Después de leer el resumen, parece que estos días he perdido algo de memoria en San Sebastián de tanto relax, este capítulo me ha parecido muy oportuno. Aunque no se dan a conocer demasiados datos, cosa que de vez en cuando se agradece para poner la mente en orden, nos da la oportunidad de conocer mejor a Carlos, su arisco trato con las mujeres, yo diría misógino, y nos revela que él no sospecha la extraña conexión que hay entre Sophie y Deborah, de ahí su sorpresa al encontrar el número de ésta y la orden de que la llamara. Incluso llega a pensar que quiere una cita con él.
Me muero por saber qué tiene que decirle Deborah a Carlos. Bueno, y mil cosas más. Pero esperaré pacientemente, qué remedio. Si tuviera la novela en mis manos...
Un abrazo a todos.

Ángeles Hernández dijo...

Primera lectura:

"Parfait", M. Co.

Los personajes se retratan en sus hechos y en su lenguaje. Por hoy no era necesario decir más

Flamenco Rojo dijo...

Lo he leído muy rápido...tengo poca conexión en la sierra. Lo volveré a leer tan pronto como pueda más detenidamente y os comentaré.

Abrazos

Anónimo dijo...

Por fin alguien se atreve con Carlos, aunque sólo haya sido un primer esbozo de un personaje que promete.
Veremos que quiere Déborah de él, y hasta donde está dispuesta a llegar para conseguirlo...
¿Para que querrá ir a ver el programa?
El retrato del camarero, precioso, no es únicamente el tipo que sirve cervezas, también tiene algo de psicólogo, para saber a quien tiene enfrente en cada momento.
Muy bueno.

FranCo dijo...

Gracias Inma, catherine Ángeles, Flamenco, María:

Me apetecía escribir al amparo de la velocidad de crucero que ha tomado la novela. Sin riesgo, lanzándome con paracaídas. Necesitaba sacar a Escobedo de su guarida, posicionarlo dentro del entramado de la novela. Pero que solo sacara la cabeza, con el fin de hacerlo crecer poco a poco. Es un personaje que me atrae, debe notarse un poco. También me encantan los personajes como Walter, verdaderos profesionales, que ven, escuchan pero no hablan. Los alimentaré hasta que se pongan sebosos.

No quería meterme en nuevos berenjenales. En el Viejo Diván tienen que suceder muchas cosas. No olvidemos que Sophie pasaba allí todas las tardes. Tenemos que guardar el racord de la novela.

En este capítulo pretendía crear un encuentro entre Deborah y Carlos tirante, pero con dosis de atracción. Igual que sucedía en la taberna antes de que contactaran.

Sobre Carlos tengo creado mentalmente un personaje muy complejo. Rarito. Pero ya sabemos que de nada nos vale pensar en esta aventura. Igual se electrocuta con los cables de la radio.

Isolda Wagner dijo...

FranCo, iba a escribir prácticamente lo mismo que acabas de contarnos. Así que no añado nada. Que transcurra la novela, por donde quiera la siguiente pluma.
Me ha gustado mucho tu manera de introducirnos a Carlos poquito a poco, como la bebida que se estará tomando. Ah y no sabe mentir demasiado bien...
¡Ya salieron los Glasgow Rangers y el Castillo para la próxima cita!

Te felicito, estás llevando muy bien todo lo relacionado con esta aventura.
Un beso grande y 6 más.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, siempre he pensado que detrás de Carlos tiene que haber mucha historia, un tío, extranjero, de vuelta de todo, con una emisora de radio, tan pequeña que sólo se escucha en Edimburgo, un único programa, el de Sophie, pues el resto de emisión, está programado por ordenador, o al menos eso entiendo yo. Que pinta Carlos en esta novela si no hay detrás obscuros intereses, tal vez huye de algo, busca algo, ¿Que será?. Espero que lleve cuidado,para que tengas tiempo de desarrollarlo, pues creo que esa tarea te la van a dejar a ti, no sea que a alguna de las restantes plumas se le crucen los cables.

ana J. dijo...

Después de limpiarme la baba, Inma, debo decir que me he encontrado con otro capítulo relajado que ahonda en una de las relaciones que ya se insinuaban (potencial relación, por el momento). Y entre dos de los personajes más sexies, también por el momento.
Genio y figura, Escobedo se niega a mirar la nota que le dejan. La conversación entre Deborah y él, el paradigma de dos que no quieren mostrar sus cartas más de lo necesario, un choque chulesco.
El retrato de Walter, magnífico, en mi opinión, lo mejor de un texto estupendo.
Enhorabuena, FranCo. Me ha gustado mucho.

ana J. dijo...

Después de limpiarme la baba, Inma, debo decir que me he encontrado con otro capítulo relajado que ahonda en una de las relaciones que ya se insinuaban (potencial relación, por el momento). Y entre dos de los personajes más sexies, también por el momento.
Genio y figura, Escobedo se niega a mirar la nota que le dejan. La conversación entre Deborah y él, el paradigma de dos que no quieren mostrar sus cartas más de lo necesario, un choque chulesco.
El retrato de Walter, magnífico, en mi opinión, lo mejor de un texto estupendo.
Enhorabuena, FranCo. Me ha gustado mucho.

Anabel dijo...

Estupendo.

Ya era hora que alguien empezara con Carlos y, evidentemente, esa persona sólo podías ser tú, FranCo.

Nos presentas a un Carlos muy atractivo y soberbio, seguro de sí mismo, convencido y convincente. Va a ser un gran "oponente" para Deborah. Aunque desde aquí huelo la tensión sexual... Das una pincelada de su pasado (¿desfalco en altas cumbres mundiales, negocios no muy claros en Spain...?) muy sugerente que deja a la siguiente pluma en una situación ideal para elucubrar y perfilar un poco más ese pasado.

Walter me gusta, creo que es un personajes necesario o puede llegar a serlo. Su orgullo por ser camarero lo define perfectamente.

En fin, que lo he disfrutado.

Saludos.

Amando Carabias dijo...

Pues mira que lo he intentado, y nada, en el 7717496688 no se pone nadie. Quería yo ver qué tal lo llevaba Deborah y qué le había parecido el español, pero se ve que sólo tú tienes hilo directo con la detective de curvas prodigiosas.
Bravo, FranCo, capítulo de apariencia tranquila pero creo que será trascendental para la trama.
Otro personaje que parecía desubicado empieza a moverse en el entorno de todo lo que está sucediendo en Edimburgo, y como todos sospechábamos no es un personaje menor, ni sin biografía. Que haya tenido que ver con la OMS y que ahora esté en Edimburgo da qué pensar, o bien que la capital escocesa es un buen lugar para refugiarse, o es una manera discreta y eficaz de construir alguna tapadera.
Como venimos diciendo en comentarios de otros capítulos, se hacía necesario alcanzar una velocidad de crucero que nos permita avanzar, sin correr el riesgo de morir reventados. Una novela tiene que tener estas etapas en las que las cosas se desarrollan como se desarrollan en la misma vida.

Lo que más me emociona de este capítulo es la presentación de Walter. No porque sea Walter, sino porque un camarero pueda servirnos para hacer avanzar la trama. Y quizá nos sirva.
¿Por qué digo esto?
Permitidme una confesión personal, supongo que no molestará. Mi padre, durante más de cuarenta años, fue camarero del Restaurante Cándido. Y de aquella generación, además de mi padre,conozco a muchos que sentían ese mismo orgullo que siente Walter por su profesión. Él, mi padre, no era barman, sino camarero de sala, lo que supone ciertas diferencias respecto del camarero de barra. Pero cuando he leído: " No entendía como había personas que despreciaban la profesión de camarero y siempre pensando que sería algo pasajero", me ha parecido escuchar su misma voz. Quizá pensó alguna vez dedicarse a otra cosa, pero nunca dejó de ser un sueño inalcanzable (pintura, fotografía...), y a parte de eso, y a pesar de la dureza desorbitada de su oficio -un poco atemperada a patir del inicio de los años ochenta del siglo pasado-, nunca pensó que hubiera una profesión mejor en el mundo que servir viandas a sus clientes, a quienes trataba como si fueran el Sha Persia.
Perdón por la extensión.
Repito, me ha gustado mucho el capítulo.

Inma Vinuesa dijo...

Ya ves FranCo te retrasas algunas horas en escribir y ya hay mucho más en el caldero.
Como es habitual en los capítulos la segunda lectura gusta más, y percibes toques, detalles muy buenos.
La conversación telefónica de los dos no tiene desperdicio, es un tira y afloja a ver quien es más poderoso, me encanta, y esa forma de quedar, el lugar, la situación, el sugerente menú, me encanta. Esa escena de la comida hay que recrearla con todo lujo de detalles, la pluma que la escriba tiene que hacernos vivir desde el momento de arreglarse Deborah, las miradas que se echen, desde la primera a la última palabra que digan, pido por favor que en ese momento no falte ni un segundo de ese encuentro, que las mujeres nos sintamos Deborah y los hombres Carlos mientras la disfrutamos. Vaya reto...
Y decirle a Amando que es genial, que en un momento nos cuenta cosas de su intimidad que nos hacen ver lo humano que es.
Un beso a todos.

Anabel dijo...

Tienes razón,Inma, el apunte biográfico de Amando ha dotado al texto de FranCo, sin quererlo, de un tinte cálido y muy cercano.

A mí ya me había gustado Walter, pero después del aporte de Amando aún me gusta más. Podría ser un personaje interesante.

Saludos.

Dácil Martín dijo...

Me ha gustado, y me ha mantenido curiosa hasta el final. Podría titutarlo: un duelo de raros. ¿Atracción sexual entre ellos?, pues no apuesto tanto. Carlos viene de vuelta, en todo caso, más le perdería sentimientos incontrolables, inevitables de sentir... Una vampiresa como es Déborah, me da que a esas alturas de la vida de Carlos ya no son su tipo. Eso creo, claro que esta visión mía va a contracorriente con otros gustos.
Coincido con los demás que la caracterización de Walter y de Carlos son magníficas. También este capítulo me resulta interesante porque ha entrado en una acción que al tiempo que sorprende al lector, sorprende al mismo personaje: él que creía pasar desapercibido, resulta que Déborah sabe más de lo que Carlos pudiese imaginar.
A Ana J la imagino con dientes largos mientras teclea ese próximo capítulo. Felicidades Francisco, un abrazo.

FranCo dijo...

Amando, decirte que el teléfono 7717496688 estoy seguro que existe. Antes de meter un dato me documento. Busqué un teléfono móvil de una empresa de Edimburgo y le cambié un número. Me gusta documentarme.

El apunte que haces sobre tu padre, te hace humano y cercano. Y me llena de satisfacción que tal circunstancia o forma de ver la vida tenga cabida en un personaje literario como es Walter.

FranCo dijo...

Inma no veo una cena romántica y de cumplido entre Escobedo y Déborah. Son egos muy grandes. Me inclino por una lucha de posición.

Puede darse el caso que Escobedo o Déborah no asistan a la cena. Por voluntad o por otros motivos.

Aunque un nuevo nuevo diálogo entre ambos promete y creo que ambos con una copita se transforman.

FranCo dijo...

Dácil, pienso que Escobedo es rarito. Pero Deborah no es rarita, es como la mayoría de las personas, una aprovechada, que juega a todas las bandas y que si puede te apuñala. Creo que se le ha visto poco lado humano. No es de fiar. ¿Tu te fiarías de ella?

¿Sabes Dácil? Me huele a que Escobedo tiene un lado muy humano.

Dácil Martín dijo...

Francisco, Déborah es fría y calculadora, aunque no deja de ser una persona diferente, durante diez años ha sido criminóloga, ha de tener experiencias y puntos de vistas distintos a una persona normal. En cuanto a Carlos, tendrá que demostrar que es humano. En verdad, aún no me fío ni de Amy.

FranCo dijo...

Dácil, no recuerdo que Deborah fuera criminóloga. Sí, investigadora privada. Y como criminóloga no ha sido contratada para ningún trabajo. Pues existe solo un crimen (el tío de la ventana) y la investigación la llevan de forma oficial.
Creo que se va a morir de hambre.

Otra cosa es que la policía la subcontrate, más bien a su agencia, para que los ayude en el trabajo.

FranCo dijo...

He tenido que ir a Wikipedia para consultar sobre la CRIMILOGÍA, pues tenía dudas:

"La criminología estudia las causas del crimen y preconiza los remedios del comportamiento antisocial del hombre. Las áreas de investigación criminológicas incluyen la incidencia y las formas de crimen así como sus causas y consecuencias. También reúnen las reacciones sociales y las regulaciones gubernamentales respecto al crimen"

No creo que Sophie la contratara por ello.

Flamenco Rojo dijo...

Lo de Deborah a Carlos es una amenaza en toda regla…”tengo información de tus negocios en España, de la que montaste con la OMS y de tu modus operandi”. Eso en mi tierra es tenerlo cogido por los huevos…de momento no en sentido literal. Ya veremos con el tiempo…que la más tonta o el más tonto te hace un reloj de madera…y funciona.

Buen capítulo FranCo.

Un abrazo.

Anabel dijo...

A ver si he metido la pata... Una de las vías para ser invetigador privado en España es estudiar la carrera de Criminología. No investigué si en GB el tema está igual.

Siento contradecirte, FranCo, pero Deborah estudió la carrera de Criminología y luego trabajó en un despacho de abogados para llevar a cabo pequeñas investigaciones. Ella siempre había querido ser detective. A raíz del acuerdo con el padre de Jack, y con el propio Jack, Deborah pudo cumplir su sueño y mantener una agencia de detectives.

Todo esto me lo inventé en el capítulo 14 si no me equivoco. De todas maneras, si la carrera de Criminología en GB no proporciona la cédula de detective, no pasa nada porque la tenga.

El porqué Sophie contrató a Deborah también se deja claro en el mismo capítulo: Deborah ofrece sus servicios gratis para ayudarlas, de esta manera obtendría información sin levantar sospechas para Jack.

Creo que los resúmenes son cada vez más necesarios.

En fin, espero haber clarificado algo...

Ana J. dijo...

Totalmente de acuerdo, Anabel. Necesito urgentemente volver a los resúmenes y, de ellos, al texto completo.
Reconozco que estoy perdida.
Hay tantos caminos que escoger que estoy hecha un lío.
Cuitas aparte, me ha llegado hondo lo que has contado sobre tu padre, Amando. Sólo he estado una vez (un día) en Segovia y comí justo al lado de Cándido, que estaba a rebosar. Ahora pienso que por muy poco podría haberme topado con tu padre.
El orgullo por el trabajo que uno desempeña, la pasión que se pone en él, es el mejor exponente de un gran carácter, no importa cuál sea ese trabajo.
Gracias por acercarnos a tu padre, Amando.
Y gracias a ti, FranCo, por empezar desarrollar el que puede ser un gran personaje.

Amando Carabias dijo...

FranCo perdona mi torpeza. En la galería de personajes no estaba indicado el detalle sobre los estudios de Deborah que, sin embargo, sí aparecían en el texto de uno de los capítulos. El error ya está subsanado. Gracias a Anabel y a Ana J. por recordarlo.
Gracias a todos por las palabras que me habéis dedicado en relación con lo de mi padre. La verdad es que me salió así de espontáneo.
Ana J, supongo que comerías en La Criolla o en Viuda Garrido, este último ya no existe, se ha convertido en una chocolatería de una conocida cadena. Lo cual no está mal de vez en cuando, para qué vamos a engañarnos.

FranCo dijo...

Flamenco Rojo afortunadamente ya te tenemos de vuelta.
Tuespacio estaba vacío.
Un saludo.

FranCo dijo...

Anabel gracias por la aclaración.
Tras tu apunte me doy cuenta de que cada uno es responsable de sus actos y recuerda aquello que escribe. No se expresarlo de otra forma.
Quiero decir con ello que sobre lo que no creamos o escribimos se nos pierden muchos detalles.
Todo no iban a ser ventajas de escribir una novela a 7 Plumas.

¿Podemos apuntar ésta como primera desventaja?

FranCo dijo...

Ana y Amando ya está bien de hacer esta ventana como plataforma publicitaria.

Ahora mismo voy a llamar a La Criolla, a la Viuda Garrido y a la chocolatería, para que nos inviten a comer a las 7 Plumas, a los colaboradores y lectores cuando nos reunamos en Segovia.

FranCo dijo...

¿Alguien sabe algo de nuestra Pluma número 6?

Últimamente anda un poco perdida. Debe de estar concentrándose para su turno. O tendrá algún importante encargo literario.

Aló, Aló Marcos??

ana J. dijo...

Sí que es más difícil retener los detalles que escriben los demás. Volvemos al tema de los resúmenes. A mí me está entrando la neura...
Amando, no me suena ninguno de los dos nombres, pero es que hace mucho tiempo de eso.
Me parece bien la idea de pedir a esos dos restaurante (y a Cándido, por qué no) que nos esponsoricen con una buena comida.
Marcos debe de estar al caer, para ponernos los dientes largos a los que todavía tenemos que esperar para las vacaciones.
Besos a todos

Dácil Martín dijo...

FRancisco, claro, recordaba mejor la profesión de Déborah porque leí especialmente el capítulo de Anabel. De ahí la base de partida del mío. Amando, me he quedado pensando sobre el trabajo siempre avisor de tu padre. Supongo que alguna vez te contaría anécdotas, o tendría una opinión particular de aquellos personajes de entonces que, cara al público, eran de una manera, y en la mesa ya más relajados o inhibidos, eran de otra. Mi abuelo fue taxista de la época de principios de siglo hasta los años cuarenta. Su licencia era la número 90, de los primeros coches que daban servicio público. Solía hacer la ruta desde La Orotava, zona norte de la Isla, hasta el puerto de Santa Cruz para llevar a gente variopinta y pudiente a coger el barco. Monjas, turistas, señoritingos festeros (como solían llamar a los chicos presumidos y arrogantes hijos de los caciques). Y seguiría contando... no mucho pues todo queda, tristemente, en la memoria de los que se fueron.

FranCo dijo...

Dácil es una pena que las vivencias se esfumen en la memoria de los que parten.

Creo que los escribimos (o por lo menos lo intentamos) debemos de hacer un esfuerzo para que no se pierdan y dejar nuestra versión.

Años atrás cuendo mi padre y mi madre me contaban sus batallita de niños les espantaba con mi mal carácter y les decía: "Déjate ya de una p.vez de hablar de la prehistoria".

Ahora intento escuchar y me interesan sus historias que me sirven de mucha base a mis escritos. Lo malo que a fuerza de palos aprende el burro y casi ya no me cuantan nada. me lo tengo merecido.

Ángeles Hernández dijo...

Walter y Carlos: dos titanes de la psicología enfrentados buscando un gesto en el otro que le diera información
Walter....A cerca de Escobedo, siempre discreto como pasando desapercibido, no conocía a Deborah aunque había un coqueteo, no ligaba. Para un profesional del conocimiento humano, muchas incógnitas.
Escobedo: ¿qué sabe el camarero?. Ha leído la nota seguro.

INFORMACIONES SOBRE CARLOS
-Acostumbrado a mensajitos de adolescentes, debe de recibirlos a cientos.
-Está de retirada, necesita calma y sosiego. Las mujeres son devastadoras.
-Hombre de distancias cortas , de lenguaje no verbal.
-Desubicado por la dureza de Deborah, intenta escaquearse pero ha de ceder ante las informacines de la detectivesa ( OMS, modus operandi). Con lo enfadado que está y su habilidad , los datos de Deborah debe de ser muy graves pues acepta sin gurgutar.
-En el Castillo de edimburgo va a obtener contactos ¿Para qué?.
-No sabe a ciencia cierta la relación entre Deborah y Sophie, sólo que a veces están juntas. Pero ¿Qué conocer realmente de su estrella radiofónica? ¿Por qué la eligió?.


Sólo decir a Fran Co :¡Felicidades!

Anabel dijo...

Sí, tienes razón, FranCo: uno se acuerda sobre todo de lo que ha escrito. Supongo que el hecho de tener que pensar mucho para encontrar una continuidad y el mero hecho de redactarlo hace que se te queden esos datos mucho mejor que los de los otros capítulo.

Sí, sería una primera desventaja.

FranCo dijo...

¿Como lo llevas Ana? Recuerda que por influjo del alcohol te vendistes por un euro y que me ibas a adelantar datos sobre tus capítulos.
Cumple con el diablo.

Marcos Alonso dijo...

Perdón por presentarme a altas horas de la madrugada y con estos pelos, pero he entrado en una profunda depresión desde de que me he dado cuenta de que estoy de vacaciones.

Ya se que es jugar con ventaja, pero no sólo necesito releer el texto una y otra vez, sino leer los jugosos comentarios que aquí se escriben, para tener una visión más certera y corroborar mis impresiones.

Fiel a tu estilo sobrio y certero nos muestras como si fuera un conjunto escultórico a esos tres personajes duros, de miradas demoledoras, maestros de los gestos y los silencios; retándose y desafiándose constantemente, como si fueran jugadores de cartas con sus faroles. Se huele esta tensión y como señala también Anabel esa tensión sexual, ya sabemos que a nuestra Déborah le atraen los que no le siguen el rollo.

La aparentemente ingenua Déborah nos vuelve a sorprender con otro As en la manga. No solo conoce a la Dama de la Callejuela sino que es capaz de tirar de la manta y dejar desnudo a Carlos Escobedo ¿o es un farol? ¿Qué querrá de él? ¿Qué le puede interesar de ella? ¿La OMS? ¿Qué tiene que ver con la sanidad?

En definitiva seguimos con velocidad de crucero disfrutando de buena literatura pero sin dejar de abrir vías por donde explorar.

Enhorabuena FranCo

Anónimo dijo...

Es curioso las expectativas que ha suscitado el encuentro entre Déborah y Carlos, nos mata la impaciencia, pero ¿estamos seguros de que Ana J., vaya a seguir ese camino?. Hay otros frentes abiertos, por los que se podría discurrir y quedarnos semanas a la espera.

Ana J. dijo...

Qué buena idea lo de hacer el cuaderno de bitácora del relato, Marcos!
¿Podríamos incluirlo en la Hemeroteca o en el Hilo de Ariadna? Creo que es muy útil (diría que imprescindible) para no perdernos.
Yo ya lo he copiado en un archivo, pero creo que sería mejor tenerlo a mano y compartido.
A tu pregunta, FranCo, como ya te dije, aunque me vendí en un momento de debilidad, aún no he recibido la pasta. Y un trato es un trato. Acepto emisarios. Contestaré a vuelta de ingreso.
Lo cierto es que aún no he tecleado la primera letra, pero ya tengo algo en mente, gracias a los comentarios que se están haciendo por parte de todos, porque lo que es por mis propios medios...
Espero tenerlo, no obstante, a punto para publicar esta noche o mañana por la mañana. Qué nervios!!!

Isolda Wagner dijo...

Ana J., estoy segura de que ya has empezado a escribir tu capítulo y como bien dices, puedes tirar de muchos hilos. (Gracias Marcos, por re-situarnos) En particular, a mí, me ha sonado bien (o mal) que Carlos E. tuviera algo que ver con la OMS. Recordemos que los padres de Sophie, desaparecieron en plena investigación! Por desgracia hay tanto de real en la actualidad! como las vacas locas, la vacuna de la gripe A, el origen del VIH...
Sea como sea estoy expectante, ante tu nueva "joya".
Besos